La oportunidad del Adviento

Estos días las calles de las ciudades españolas se iluminan con las luces de Navidad y las agendas se sobrecargan con cenas y fiestas de todo tipo. Los escaparates se llenan de ofertas del Black Friday y llegan cientos de mails con descuentos, alentando a comprar y a consumir —a crédito si hace falta—, sin pensar ni en la cuesta de enero ni en el frío invierno. Inmersos en esta vorágine, corremos el riesgo de perder el foco y no reparar en la verdadera celebración.

Este domingo arranca el Adviento, un tiempo que permite prepararse para la solemnidad de Navidad, cuando se recuerda la primera venida del Hijo de Dios a los hombres, y para la segunda venida de Cristo, al fin de los tiempos, conforme subrayan las celebraciones. Son momentos de gozosa espera porque «nuestra vida se hace bella y feliz cuando esperamos a alguien querido e importante», como destacó el Papa en un tuit el año pasado. Si abrimos «la puerta de nuestra vida» a Jesús —detalló en otro mensaje—, «todo adquiere una luz nueva, y la familia, el trabajo, el dolor, la salud, la amistad se convierten en ocasiones para descubrir su consoladora presencia». No perdamos esta oportunidad.