La OEA pide a la ONU una misión permanente en Haití y la Iglesia lo apoya
El observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de Estados Americanos invitó durante el debate «a la comunidad internacional a un compromiso más amplio» a favor del país caribeño, sumido en una grave crisis
La Iglesia mira con buenos ojos la petición lanzada el pasado miércoles por la Organización de Estados Americanos (OEA) al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para transformar la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMSS) en una operación de mantenimiento de la paz bajo un mandato de la ONU. La resolución aprobada exhortaba a apoyar con «carácter urgente» la solicitud de Haití en este sentido, informa EFE.
El observador permanente ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Juan Antonio Cruz Serrano, valoró durante su alocución que el proyecto de resolución que se debatía durante la reunión del Consejo Permanente de la OEA —y que fue finalmente aprobado por unanimidad— invitara «a la comunidad internacional a un compromiso más amplio» en favor de Haití, recoge Vatican News. Hacía especial «énfasis en la construcción de la paz, la gobernabilidad democrática, la estabilidad política y el desarrollo sostenible».
«La intervención de MMSS por ahora no muestra resultados», asegura Juan Manuel Díaz, delegado de Cáritas española para Haití. En las provincias al norte de Puerto Príncipe «notamos un incremento de llegada de familias enteras que huyen de la violencia y llegan a casa de familiares o amigos que les acogen por unos meses. Organizamos la ayuda a través de las parroquias entregando comida, artículos de higiene y acogiendo a los niños en las escuelas parroquiales».
La gravedad de la crisis que vive el país y la ineficacia hasta ahora de la MMSS hace que «las personas que llegan lo hagan para quedarse definitivamente. No tienen pensado regresar a la capital», asegura Díaz. Añade que «los desplazados se sienten desprotegidos. El armamento que exhiben las bandas es más sofisticado que el de la Policía aún con el apoyo de los agentes de Kenia. Es preocupante que las bandas muestran entrenamiento profesional y realizan acciones temerarias como ataques a comisarías».
La resolución de la OEA responde a una petición de apoyo a esa idea planteada por el Consejo Presidencial de Transición (CPT) de Haití, un órgano creado este año para hacer frente a la crisis que vive el país caribeño en todos los órdenes y preparar el terreno para unas elecciones democráticas. Precisamente esta semana el CPT destituyó a Garry Conille como primer ministro de Haití y nombró en su reemplazo a Alix Didier Fils-Aimé, quien el miércoles renovó su compromiso de hacer todo lo posible «para garantizar la seguridad de las vidas, de los bienes y de todas las infraestructuras, tanto privadas como públicas».
El objetivo de Haití con el cambio de la MMSS —que inició su andadura este año liderada por Kenia— por una Operación de Mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas, es «brindar un apoyo más sostenible a la estabilidad y seguridad a largo plazo, al Estado de derecho y a la gobernabilidad democrática». El Consejo Permanente de la OEA reconoce en el texto «el apoyo financiero, técnico y logístico» que algunos miembros brindan a la MMSS e insta a los demás a «sumarse a los esfuerzos».
Cercanía del Papa
Cruz Serrano reiteró la «cercanía» de la Santa Sede y del Papa Francisco al pueblo haitiano. El pasado 13 de octubre, tras la oración mariana del ángelus, el Santo Padre subrayó que en Haití continúa la violencia contra la población, «que se ve forzada a huir de sus casas buscando seguridad en otros lugares, dentro y fuera del país». Asimismo, Francisco pidió no olvidar nunca a nuestros hermanos y hermanas haitianos y solicitó que «cese toda forma de violencia y, con el compromiso de la comunidad internacional, se siga trabajando para construir la paz y la reconciliación en el país, defendiendo siempre los derechos y la dignidad de todos».
Las bandas armadas que tratan de hacerse con el poder en Haití y que esta semana han lanzado una nueva ola de violencia han causado la muerte de casi 5.000 personas en los primeros nueve meses de 2024, según cifras de la ONU. Según las cifras publicadas el miércoles por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la violencia de las bandas armadas que comenzó el pasado lunes ha desplazado ya a un total de 4.372 personas, de las cuales 3.586 en Puerto Príncipe, 488 en Tabarre y 298 en Delmas.