La nueva ley del aborto tratará la gestación subrogada como «explotación y violencia»
La ministra Irene Montero comparece ante la Comisión de Igualdad del Congreso para explicar los detalles de la reforma
La reforma de la ley del aborto, prevista por el Gobierno para el año que viene, considerará la gestación subrogada como una forma de «explotación reproductiva» y de «violencia contra las mujeres».
Así lo ha declarado este miércoles la ministra Irene Montero ante la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados, donde ha propuesto crear «los instrumentos jurídicos que eviten que la explotación reproductiva sea una forma de violencia tolerada de facto en nuestro país».
La propuesta, que en principio cuenta con el apoyo de todo el espectro político, excepto de Ciudadanos, «se está abordando con cierta ligereza, porque es un tema muy grave que necesita de un debate más profundo no solo a nivel político, sino también social», señala María Teresa Compte, directora del Máster de Doctrina Social de la Iglesia de la UPSA-Fundación Pablo VI.
Compte habla de la posibilidad de «cerrar en falso» este asunto, sobre todo si se hace en el marco de la ley del aborto, algo que «no tiene sentido», pues «quedaría como una coletilla» de la nueva norma.
«Estoy de acuerdo en que la gestación subrogada es un ejercicio de explotación reproductiva de la mujer. Lamentablemente, la mentalidad tecnocrática de hoy considera el cuerpo de la mujer como un factor de producción de embriones, de leche materna o de óvulos con destino a la compraventa», señala.
Pero el debate «es más amplio», porque incluye «tráfico de seres humanos, de bebés, algo de lo que también hay que hablar». Asimismo, «el aborto en sí también es violencia contra la mujer, y en eso también hay que pensar», incide.
Por ello, María Teresa Compte pide «una reflexión más amplia» sobre todos los elementos que entran en juego con la gestación subrogada. «Hay que hablar de los principios que hay detrás. Es verdad que hay explotación de la mujer, pero este problema tiene más dimensiones. Debemos abordar, y no solo en el Parlamento, el papel de la técnica en la reproducción humana, el sentido de la maternidad y de la paternidad, o por qué lo natural se está convirtiendo en un tabú».
Objeción de conciencia y «dolor de barriga»
Según Irene Montero, la reforma de la ley del aborto también incluirá «una asignatura obligatoria de educación sexual y afectiva» en las escuelas, porque «no es de recibo» que la educación sexual «siga siendo un tema tabú». De ahí que considere «imprescindible» que la educación sexual se implante «de manera obligatoria y en todas las etapas educativas».
Además, la reforma se propone la práctica del aborto en todos los hospitales públicos, porque «no se puede permitir que casi el 85 % de las interrupciones voluntarias del embarazo se practiquen en clínicas privadas». Las mujeres «no pueden ver cuestionado su derecho a interrumpir voluntariamente su embarazo porque en su hospital público de referencia no hay ni un sólo médico o médica que realice un aborto», debido a que «se usa de forma perversa el derecho constitucional a la objeción de conciencia».
En este sentido, ha declarado en su cuenta de Twitter: «¿Alguien se imagina que vas a un hospital con dolor de barriga y no hay un médico que te atienda? Es lo que lleva pasando cuando una mujer va a abortar, desde hace una década, en hasta once provincias de nuestro país».
Para eliminar cualquier obstáculo en esta línea, ha declarado que no permitirá «que las mujeres que acuden a esos centros sean hostigadas por grupos antiabortistas», y planea eliminar la obligatoriedad del consentimiento paterno para menores de edad que decidan abortar.