La nueva evangelización, una necesidad vital para Europa: «Europa sufre una crisis de esperanza» - Alfa y Omega

La nueva evangelización, una necesidad vital para Europa: «Europa sufre una crisis de esperanza»

Cuando el Papa convocó el Sínodo de obispos sobre la nueva evangelización, del 7 al 28 de octubre en el Vaticano, pensaba en particular en Europa, que parece caer en una especie de apostasía silenciosa. No es de sorprender, por tanto, que esa cumbre eclesial haya sido preparada por un encuentro de los representantes de los obispos del Viejo Continente. «Europa está sobrecogida por una crisis de esperanza», fue el diagnóstico del cardenal Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, en sintonía con otras intervenciones. La situación supone, al mismo tiempo, una oportunidad y una responsabilidad para la Iglesia

Jesús Colina. Roma
Misa conclusiva del encuentro de los presidentes de las Conferencias Episcopales de Europa, en San Galo, el 30 de septiembre.

Los presidentes de las Conferencias Episcopales de Europa, entre ellos el cardenal Rouco, se han reunido del 27 al 30 de septiembre en la localidad suiza de San Galo, para analizar los desafíos de la transmisión de la fe en una sociedad descristianizada. Participaron unos diez cardenales y treinta obispos, que evitaron cualquier tono de resignación o lamento.

Una oportunidad

El presidente de Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), el cardenal Péter Erdö, arzobispo de Esztergom-Budapest, explicó que, más que ante problemas, la Iglesia hoy se encuentra ante desafíos y auténticas oportunidades. El purpurado húngaro constató la extraordinaria movilización que está promoviendo Benedicto XVI en toda la Iglesia universal para renovar su auténtico espíritu con el Año de la fe, que comienza el 11 de octubre, en el quincuagésimo aniversario del Concilio Vaticano II. Tras las crisis sufridas durante décadas por la Iglesia, originadas en incorrectas aplicaciones de las propuestas de ese Concilio, el cardenal Erdö considera que la Iglesia llega a esta cita renovada y fortalecida por una nueva unidad y espíritu. Son momentos en los que se espera, además, de ella una respuesta. «En tiempos de crisis económica, el hombre de hoy, el ciudadano europeo de nuestros países, puede fácilmente dejarse contagiar por la mayor epidemia de nuestro tiempo: la desesperación. La falta de esperanza es el mayor mal de nuestra época», constató el cardenal en declaraciones que en un primer momento enmarcaron la discusión.

Rescate a países, ¿a quién beneficia?

El posible rescate a España es uno de los debates más vivos en estos momentos en Europa, y los obispos de la CCEE no son ajenos a ello. ¿A quién deben ir dirigidas las ayudas económicas? A esta pregunta respondió el cardenal Péter Erdö, presidente de Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), al abrir la reunión de este organismo en Suiza el 27 de septiembre. Como respuesta, el arzobispo de Esztergom-Budapest planteó una nueva pregunta: «¿Cómo se ayuda a un pueblo que tiene problemas en el propio Estado, donde quizá las deudas del Estado superan ya el límite de lo posible, motivo por el cual los Bancos que exigen recuperar su dinero, sus préstamos, podrán recibir intereses sólo si los demás países, por ejemplo, en la Unión Europea ponen a disposición otros préstamos?». Advirtió que, «con esta política, el único que se beneficiará es el sistema bancario», y se preguntó: «¿Y qué pasa con la gente pobre? ¿Qué se les puede decir a los pobres, que deben ahorrar, que ven cómo se reduce una pensión ganada con toda una vida de trabajo?».

El reto es lograr que se comprenda que no puede haber una salida meramente técnica a esta crisis, que va mucho más al fondo que la economía. «Está en curso una revolución antropológica que desorienta al mismo hombre, lo engaña, y corre el peligro de perderse a sí mismo». ¿Y qué tiene la Iglesia que aportar en debates que giran en torno al matrimonio, la familia, el concepto de sociedad, el derecho a la vida, la atención a los más vulnerables…? Argumentos desde la razón, pero, sobre todo, a Jesucristo. «La Iglesia agradece al Señor por haber recibido de Él la respuesta a las más profundas expectativas del hombre, a su más profundo anhelo y nostalgia del Otro. La respuesta es Cristo. La nueva evangelización, tema que nos está acompañando en estos años, es una ocasión y un llamamiento a trabajar para que Cristo, siempre el mismo ayer y hoy, pueda ser entendido y acogido por todos. Un corazón que ha encontrado su Camino en Cristo será capaz de cumplir milagros en la familia, en el colegio, en el trabajo y en diversas instituciones nacionales e internacionales».

Crisis de esperanza

Entre los participantes en la Asamblea Plenaria de CCEE, fue invitado el cardenal Marc Ouellet, que, aunque es de origen canadiense, actualmente desempeña el servicio de prefecto de la Congregación vaticana para los Obispos. «Europa está sobrecogida por una crisis de esperanza», reconoció. «Sin motivaciones espirituales, desfallece incluso en su plena realización» a todos los niveles, incluido el político y social. La Iglesia, en este contexto, anuncia que «la única novedad que no se desperdiga como la niebla ante el sol es la esperanza». Pero no se trata de una esperanza cualquiera, añadió, sino de la que sólo puede fundamentar Jesucristo. Por este motivo, el cardenal advirtió de que la Iglesia tiene el deber de «interrogarse sobre el tipo de imagen que está transmitiendo de Cristo».

Un cristianismo de opción

El cardenal André Vingt-Trois, arzobispo de París y presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, explicó, citando a Benedicto XVI, que la nueva evangelización implica «pasar de un cristianismo sociológico, a un cristianismo de opciones». La propuesta fue subrayada por el cardenal Jacobus Eijk, arzobispo de Utrecht, quien aclaró que, «hoy más que nunca, la fe exige una opción personal, una adhesión convencida a las enseñanzas del Evangelio», teniendo en cuenta que el tercer milenio se caracteriza cada vez más por «un individualismo en aumento, del que no se libran tampoco los creyentes».

El arzobispo de Bruselas recuerda que la tarea de la nueva evangelización no se puede reservar «a teólogos o intelectuales».

Monseñor André Leonard, arzobispo de Bruselas, afrontó otra de las cuestiones decisivas para la nueva evangelización: «Es necesario interrogarse sobre la preparación de los evangelizadores, redescubrir la importancia de tener catequistas y agentes pastorales preparados». Y advirtió: «No podemos reservar la tarea de la nueva evangelización a teólogos o intelectuales».

Por una nueva Europa

El cardenal Angelo Bagnasco, arzobispo de Génova y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, consideró que, con esta renovación, la Iglesia puede ofrecer una decisiva contribución al camino de Europa, «para que no sea sólo una unidad de intereses, sino más bien una comunidad de destino, una realidad incisiva y eficaz, y al mismo tiempo ligera y respetuosa de la historia de sus diferentes países». Para ello, aseguró, es fundamental que Europa logre distanciarse de los «prejuicios y las ideologías».

«La religión —añadió—, al recordar que el hombre está abierto a Dios y anclado en Él, es esencial para una sociedad que quiere ser verdaderamente humana, es decir, donde el horizonte de la vida no queda encerrado en lo inmediato, donde la libertad es guiada por valores objetivos, y la conciencia no es sinónimo de subjetivismo, sino lugar en el que el hombre escucha el eco de Quien le ha creado y ha impreso en su ser la dirección de su acción».

En este contexto, el caso particular de Madrid suscitó un especial interés entre varios de los presentes. Al concluir el encuentro de San Galo, en Suiza, iba a inaugurarse la Misión Madrid, que sin duda puede servir de inspiración a otras iniciativas en el Viejo Continente, durante el Año de la fe.

El comienzo del Año de la fe

Del 7 al 28 de octubre, en la Ciudad del Vaticano, se celebrará la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, sobre el tema: Nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana. El 7 de octubre, a las 9:30 horas, tendrá lugar la Santa Misa con ocasión de la apertura del Sínodo de los Obispos y proclamación de san Juan de Ávila y santa Hildegarda de Bingen Doctores de la Iglesia, en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

El 11 de octubre, en la Plaza de San Pedro, Benedicto XVI presidirá la solemne apertura del Año de la fe.

El 21 de octubre, Benedicto XVI presidirá, en la Plaza de san Pedro, la canonización de siete nuevos santos.