«La mayor plaga de una comunidad religiosa es el cotilleo»
El Papa recibe a los participantes del 164 Capítulo General de los teatinos
El Papa Francisco ha advertido este sábado de que «la mayor plaga en una congregación religiosa, en una comunidad religiosa, es cuando los hermanos no se cuidan los unos a los otros o, mejor dicho, cuando empieza el cotilleo, la cháchara». Así lo ha señalado el Pontífice en su audiencia con la Orden de Clérigos Regulares, también conocida como los teatinos, con motivo de su 164 Capítulo General. La Orden fue fundada en Italia en el siglo XVI.
Francisco ha recordado la labor de su fundador, san Cayetano de Thiene, y de todos los teatinos, por ser «una fraternidad sacerdotal apostólica» arraigada en la vida espiritual y en la caridad concreta, que «ha hecho crecer ese hospital de campaña de la Iglesia que también se necesita hoy».
El Pontífice ha animado a los clérigos a seguir los pasos del santo, «con docilidad al Espíritu, sin esquemas rígidos», puesto que «la rigidez es una perversión que viene precisamente del clericalismo, es otra cosa fea y bajo cualquier rigidez hay podredumbre, siempre». Es decir, «sin esquemas rígidos, pero firmemente arraigados en las cosas esenciales: la oración, la adoración, la vida en común, la caridad fraterna, la pobreza y el servicio a los pobres». «Todo ello con un corazón apostólico, con la buena inquietud evangélica de buscar ante todo el Reino de Dios», ha recordado.
«Ten los pantalones de decir las cosas a la cara»
El Papa también ha advertido del peligro de las habladurías y las críticas: «Hermanos, la mayor plaga en una congregación religiosa, en una comunidad religiosa, es cuando los hermanos no se cuidan los unos a los otros o, mejor dicho, cuando empieza la cháchara». «Sean hombres consagrados, hombres del Evangelio, pero hombres. Si tú tienes algo en contra del otro, ten los pantalones para decirle las cosas a la cara o para callarte. O ese otro criterio, decírselo a quienes pueden remediarlo, es decir, a los superiores. Pero no hagas grupitos, esa es “la espiritualidad de la carcoma”, que hace caer la fuerza de una comunidad religiosa. Nada de chismorreo, por favor».
Asimismo, Francisco ha recordado las palabras de san Cayetano de que «cada santo es una misión». «Cada santo es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar, en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio», ha señalado.
Respecto a las reformas que deben abordar las comunidades religiosas, Francisco ha indicado que «la reforma debe empezar por uno mismo». «Este es el camino: empezar por uno mismo para vivir el Evangelio con más profundidad y coherencia. Todos los santos nos muestran este camino. Son los verdaderos reformadores de la Iglesia. O más bien: es el Espíritu Santo quien forma y reforma la Iglesia, y lo hace a través de la Palabra de Dios y de los santos, que ponen en práctica la Palabra en su vida».