«La Madre Teresa fue un regalo excepcional»
El arzobispo de Madrid celebra la Eucaristía con la Misioneras de la Caridad y sus voluntarios en la fiesta litúrgica de la santa
«En el siglo XX Dios nos hizo una regalo excepcional: la Madre Teresa de Calcuta, que hizo una revolución de verdad, la que necesita nuestro mundo. Nos enseñó dónde tenemos que caminar y por dónde tenemos que ir. Ella caminó respondiendo al amor de Jesucristo, respondiendo al amor de Dios en la Cruz. Se fijó en el amor de Jesucristo sediento en la Cruz, y respondió al amor de Jesucristo en situaciones de pobreza tremendas», dijo el cardenal Carlos Osoro en la la festividad litúrgica de santa Teresa de Calcuta, durante una Misa de acción de gracias en memoria de la santa celebrada en el Hogar del Inmaculado Corazón de María, atendido por las Misioneras de la Caridad.
El cardenal arzobispo de Madrid desarrolló su homilía en torno a tres palabras: responder, vivir y dar. En cuanto a la primera, la Madre Teresa «vio el panorama de cadenas, yugos, opresiones, hambre, gente en la calle, desnuda, con heridas físicas o psíquicas… y le dijo a Jesús: “Aquí estoy para hacer tu voluntad”, entregando luz, la luz que viene de Jesucristo, curando las heridas de la injusticia. Pero no con revoluciones que no arreglan nada; de lo que se trata es de entregar el amor de Dios. Eso es responder. ¿Qué quiere de nosotros Jesucristo cuando le contemplamos en la Cruz?», preguntó.
En segundo lugar, el cardenal Osoro dijo que «vivir es tener una experiencia. Amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Las medidas del amor verdadero las ha entregado el Señor en la Cruz. Y eso es lo que vivió la Madre Teresa. Ella tuvo una experiencia honda y profunda, porque nadie puede regalar amor sin esa experiencia de recibir el amor de Dios. Yo tengo que amar como Él me amó, y eso es vivir una experiencia, que a veces es oscura», como lo que ocurrió a la santa, «porque no se trata solo de sentimientos».
Por último, dar, porque «hay un modo de vivir que la Madre Teresa nos invita a realizar, el de regalar el amor de Dios. Hambre hay: de pan, de sentido de la vida, de amor, de cariño…», dijo el cardenal Osoro, quien confesó que paseando este verano por Madrid «te das cuenta de las soledades que tiene mucha gente, y no solamente los que no tienen nada; también los que tienen mucho. ¡Qué soledades!».
«Cada época da un santo a la medida del momento histórico que vivimos, y esta santa está para este momento de la humanidad. Como ella, nosotros también tenemos que responder, vivir y dar como ella. Fue una mujer que se dejó tocar el corazón por la sed que tenía de Jesús», concluyó el cardenal Osoro.