«La ley trans busca redefinir lo que es el ser humano»
El Congreso de los Diputados aprobó este jueves la norma que permitirá la autodeterminación de género desde los 16 años. Juana Gallego, experta en género y comunicación, afirma que es «un despropósito»
El Congreso de los Diputados aprobó este jueves la ley trans con 188 votos a favor, 150 en contra y siete abstenciones —entre estas, la de Carmen Calvo, que rompió la disciplina de voto del PSOE—, una norma que abre la puerta a la autodeterminación de género desde los 16 años y que se ha tramitado por la vía urgente, con la oposición de las sociedades médicas y sin tener en cuenta la opinión de los expertos, sobre todos los más críticos. La norma pasa ahora al Senado, donde volverá a ser debatida y votada.
Una de las voces críticas es Juana Gallego, profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y experta en comunicación y género, que afirma, en conversación con Alfa y Omega, que la ley trans «no surge de la demanda social» y «no es necesaria».
«Debería llamarse ley de autodeterminación de sexo, que es lo que plantea. En el texto no se dice qué personas pueden acceder al cambio o si hay que demostrar alguna condición. Todos los mayores de 16 pueden cambiar su sexo sin limitación y sin requisitos. Es un despropósito», añade Gallego, que participó hace una semana en una jornada parlamentaria sobre el tema organizada por el PP.
En su opinión, esta propuesta legislativa permitirá que muchas personas la utilicen para sus propios intereses. Cita el caso de una persona que se cambia de sexo antes de cometer un delito para ir luego a una cárcel diferente —de mujeres, por ejemplo— o para competir en una categoría diferente. De hecho, refiere que hay casos de hombres que decidieron convertirse en mujeres y pasaron de ser el número 400 en su categoría a ganar competiciones.
En el fondo, la profesora cree que esta ley «busca redefinir lo que es el ser humano, lo que es ser hombre y ser mujer». Y continúa: «El sexo pasará a ser irrelevante y en su lugar se colocará el género, cómo te manifiestas o cómo te autopercibes. Nos obliga a la sociedad a negar la realidad y la ciencia. Es una ficción jurídica, una verdad ficticia que sustituye a la realidad».
Boicot y ataques
Cuestionar esto, lo que ella considera «una gran mentira», le ha traído problemas. Un grupo de alumnas boicotearon sus clases por su posicionamiento público y la llamaron terf [acrónimo en inglés que significa feminista radical transexcluyente] y sufrió censura en los medios de comunicación. «Soy feminista desde siempre y nunca me hubiera imaginado que me iban a cancelar, silenciar y perseguir. Muchas como yo estamos perplejas», sentencia.
Pero además de los ataques y el silenciamiento, a partir de ahora quien cuestione los postulados de la ley podrá ser multado. «Si digo en redes sociales que las mujeres trans son hombres, me pueden denunciar y me pueden poner una multa», reconoce Gallego que, a pesar de todo, no se va a callar.