«La ley de extranjería no permite a las mujeres salir de la prostitución»
La investigadora Carmen Meneses Falcón presenta el estudio Impacto del confinamiento sobre las mujeres en situación de prostitución en la II Jornada Internacional sobre Trata que organizan las Hermanas Oblatas
«La ley de extranjería tiene conexiones con la prostitución». Esta es una de las conclusiones de Carmen Meneses Falcón, profesora e investigadora de la Universidad Pontificia Comillas, que este jueves ha presentado el estudio Impacto del confinamiento sobre las mujeres en situación de prostitución durante la II Jornada Internacional sobre Trata con Fines de Explotación Sexual organizada en Madrid por la Provincia Europa de las Hermanas Oblatas.
Según ha explicado, a muchas mujeres que no tienen los documentos en regla «solo les queda la prostitución». Y ha añadido: «La ley de extranjería no permite a las mujeres salir de la prostitución. Favorece y las hace permanecer en esa situación, pues hasta que no consiguen regularizarse no pueden abandonarla».
El estudio, que ha recabado datos de los distintos proyectos de las Hermanas Oblatas y cuenta con la voz de las propias mujeres, expone también las consecuencias del confinamiento en la vida de estas mujeres. Entre otras cuestiones, Meneses Falcón ha citado las dificultades para acceder a la atención médica, la falta de protección frente a la COVID, la supresión de las revisiones de salud sexual, la brecha digital o el deterioro de su salud mental.
Del mismo modo, el traslado de la actividad a pisos ha provocado que se haya intensificado la violencia que se ha ejercido contra ellas y se haya reducido mucho el dinero que les pagan. En este sentido, han sufrido más inseguridad y han contraído más deudas. «La clandestinidad ha afectado a la mujer», ha agregado.
Las ONG, agentes identificadores
La jornada comenzó con la intervención de Carmen Ortega, provincial de Europa, que ha puesto de manifiesto que la realidad de la trata con fines de explotación sexual todavía está infradetectada. De hecho, de las 673 mujeres que la congregación ha detectado como potenciales víctimas, solo 113 han sido reconocidas como tales por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, quien tiene la competencia para ello.
Así, reclama, como sucede en países como Italia, que la ONG que trabajan y están especializadas en este ámbito puedan ser «agente identificadores» para que las mujeres puedan obtener con mayor facilidad el estatuto de víctima de trata.