La justicia argentina sigue investigando los crímenes contra los rohinyá
Amparándose en el principio de justicia universal, la justicia del país iberoamericano investiga desde 2021 presuntos crímenes de lesa humanidad cometidos en Myanmar
La rendición de cuentas por los crímenes cometidos contra la minoría rohinyá dio este miércoles un paso adelante. Integrantes de esta comunidad musulmana de Myanmar testificaron por primera vez de forma presencial en Buenos Aires, en el marco de una investigación de la justicia argentina sobre los presuntos crímenes de guerra del Ejército del país asiático, informa AFP.
«Es un día histórico para todos en Myanmar. Finalmente pudieron tener lugar las audiencias en persona, y se han presentado ante el tribunal sólidas pruebas», declaró a AFP Maung Tun Khin, presidente de la Organización de los Rohinyás Birmanos del Reino Unido, con sede en Londres.
El portavoz no informó sobre la identidad ni el número de supervivientes que prestaron declaración, ni en torno a qué hechos en concreto. Justificó su silencio por «razones de seguridad». Se prevé que media docena de personas dé su testimonio en distintas sesiones hasta el 13 de junio, según una fuente cercana a la causa.
Justicia universal
La audiencia, a puerta cerrada, se produjo bajo el principio de «justicia universal», consagrado en la Constitución de Argentina. Este principio permite juzgar delitos muy graves, como los de lesa humanidad, sin importar la nacionalidad de los acusados ni el lugar donde se hayan producidos los hechos. Aprovechando esta posibilidad, en 2021 la justicia argentina admitió una denuncia sobre los ataques a los rohinyá en 2017, y abrió una investigación sobre las acusaciones de crímenes por parte de militares birmanos contra la minoría musulmana.
Ese mismo año, seis mujeres rohinyás refugiadas en Bangladés participaron de una audiencia virtual ante el tribunal argentino. Durante su testimonio, narraron cómo habían sido víctimas de violencia sexual. También mencionaron la muerte de familiares debido a la represión. Aunque fue un primer paso importante, Tun Khin ha declarado que «las audiencias presenciales van a seguir, aportan a la causa elementos muy importantes».
Unos 750.000 rohinyás huyeron a Bangladés del estado birmano de Rakáin (oeste) en agosto de 2017, tras una operación de represión del Ejército en ese país de mayoría budista. Estos hechos han sido objeto desde entonces de otras demandas penales tanto ante la Corte Penal Internacional como por «actos de genocidio» ante la Corte Internacional de Justicia de la ONU.
Mientras prosigue en Argentina la investigación judicial sobre los crímenes contra los rohinyá, un millón de refugiados de esta comunidad en Bangladés se enfrentan a una grave crisis humanitaria. Cuando los 33 campos de refugiados de la zona fronteriza de Cox’s Bazar aún luchaban por recuperarse de las consecuencias del ciclón Mocha, que golpeó la zona el 9 de mayo, desde el 1 de junio el Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha reducido aún más la asistencia alimentaria que ofrece. Según Fides esta disminución, debida a la escasez de fondos, implica que la ingesta de alimentos de los refugiados caerá significativamente. Pero también afectará al suministro de agua, saneamiento e higiene.
Los recortes tendrán graves repercusiones en los refugiados, aseguran desde la plataforma de ONG de Cox’s Bazar. Esta estructura agrupa a 148 entidades, entre ellas Cáritas Bangladés, que ya en los primeros meses atendía a uno de cada cuatro refugiados. La plataforma afirma que los recortes tendrán graves repercusiones en los refugiados. A la desnutrición e incidencia de enfermedades se pueden sumar más tensiones sociales o conflictos entre las comunidades, además de robos. Por último, el deseo de los refugiados de migrar conlleva el riesgo de que caigan víctimas de organizaciones de trata de personas.
Al mismo tiempo, Myanmar ha vuelto a verse sacudido este jueves por un nuevo terremoto, de 4,8 grados de magnitud. El seísmo ha provocado la muerte de dos mujeres en el sur del país, según la Organización de Rescate Saytanarshin. El 31 de mayo, el norte del país se vio afectado por un templo de 5,8 grados de magnitud.