La Jornada Mundial de la Juventud, un modelo de gestión. «La JMJ la hacemos todos» - Alfa y Omega

La Jornada Mundial de la Juventud, un modelo de gestión. «La JMJ la hacemos todos»

¿Cuánto va a costar la Jornada Mundial de la Juventud al Estado y a los contribuyentes? ¿Por qué las Administraciones públicas privilegian a la Iglesia, al ayudar a organizarla? Son algunas de las preguntas que, con intención cuando menos ambigua, se plantean con más frecuencia sobre la JMJ. Pero no hay más que observar de cerca cómo se está organizando y financiando la Jornada, y en seguida se comprueba no sólo que estas preguntas tienen respuesta, y muy clara; sino que este evento puede ser, también en lo económico, un ejemplo del modelo social que propone la Iglesia: una JMJ austera, solidaria y subsidiaria, en la que cada uno asume su responsabilidad y aporta lo mejor que tiene

María Martínez López
Una voluntaria informa sobre la JMJ.

Los principales pilares de la JMJ son sus protagonistas, también en el aspecto económico. Sin contar con la manutención, la Jornada costará unos 50 millones de euros. «Todos los gastos directos que ocasionan los peregrinos son financiados por ellos mismos», lo que supone un 70 % de la financiación de la Jornada, explica don Fernando Giménez Barriocanal, su director financiero. Pero quienes participan en la JMJ van a hacer otra aportación gigantesca, inestimable: «El trabajo de cientos de voluntarios en la planificación de los actos, y de miles en su desarrollo. Sin ellos, serían inviables económicamente. El apoyo de entidades civiles y de la Iglesia», que ceden sus locales, y «el esfuerzo que realizan las familias, acogiendo a peregrinos», también son de un valor incalculable.

Una auditoría a la JMJ

El 30 % restante de la financiación se obtiene de empresas y particulares. Ya son casi 100 las empresas patrocinadoras de la JMJ, que colaboran en especie —prestando un servicio— o con donativos. También es clave la colaboración de las Administraciones públicas, que, «como ya hemos explicado muchas veces —insiste don Fernando—, no tienen previstas ayudas dinerarias al evento», por lo que éste tiene «coste cero para el contribuyente». No obstante, «están prestando un apoyo absolutamente fundamental, poniendo a disposición de la organización sus infraestructuras y servicios», o considerando la jornada como un acontecimiento de excepcional interés público, por lo que los patrocinadores obtienen beneficios fiscales. Pero no se trata de un privilegio para la Iglesia: «En 2011, hay otros 14 eventos que gozan del mismo régimen fiscal», como el Mundobasket 2014 o el IV Centenario del fallecimiento del Greco. Además, se estima que toda la actividad económica que genere la Jornada «va a suponer a la Administración, en términos fiscales (IVA, impuesto de sociedades y otros), una recaudación bastante superior a los beneficios fiscales concedidos»: alrededor de un 20 % más de lo que se deje de ingresar, que puede estar entre 15 y 20 millones de euros.

Algunas cifras

• Sin contar con la manutención, se estima que el presupuesto de la JMJ ronde los 50 millones de euros. El 70 % de los gastos totales lo aportarán los peregrinos, y el 30 % restante, empresas y particulares.

• La JMJ puede suponer para la economía española una inyección de más de 100 millones de euros. Las arcas públicas obtendrán, a través de los impuestos, un 20 % más de lo que dejen de ingresar por los beneficios fiscales a los patrocinadores.

• Los particulares han aportado un millón de euros en donativos pequeños, y el Fondo de Solidaridad ya ha distribuido 700.000 euros.

La de Madrid será «la primera Jornada auditada por una de las grandes compañías de auditoría internacionales», que también «va a realizar un estudio sobre su impacto económico», apunta don Fernando. Pero ya se sabe que el 90 % de los contratos se han adjudicado, en concurso público, a empresas españolas, con los ingresos que eso supone. Y también es fácil de prever que la presencia de todos los peregrinos —casi 400.000 inscritos a día de hoy, la mitad de ellos también en los Días en las Diócesis—, genere una inyección considerable para la economía española: podría superar los cien millones de euros. Se analizarán, asimismo, el turismo inducido por la Jornada, y la repercusión de ésta en la imagen internacional de España y de su capital.

Un ejemplo de cómo se ha buscado el beneficio de toda la ciudad de acogida, a la vez que se hacían las cosas más fáciles a los peregrinos, es que, en vez de con un picnic, los peregrinos, salvo en Cuatro Vientos, comerán y cenarán en cualquiera de los 3.000 restaurantes y bares de una red que se está constituyendo, mediante acuerdos con varias asociaciones de hostelería. Se trata de «otro aspecto novedoso de la JMJ, que supone una aportación muy importante al sector hostelero». Los tickets van incluidos en la inscripción de los peregrinos, y el importe final «será abonado por la organización» a los hosteleros.

Benedicto XVI recibe a los miembros de la Fundación Madrid Vivo.

Otra novedad de esta Jornada es la existencia de una plataforma como la Fundación Madrid Vivo, que «se constituyó en 2009, con el objetivo de colaborar en actividades dirigidas al fomento de la religión, cultura, educación…» y que, «en estos años, ha apoyado decididamente a la JMJ, con resultados muy positivos».

No se trata sólo de dinero

«Queremos hacer la JMJ entre todos», desde la Administración hasta el último voluntario o grupo que traiga una actividad cultural, a los que se pide, como acto de responsabilidad y solidaridad, que se inscriban y contribuyan como uno más, explica el director ejecutivo de la Jornada, don Yago de la Cierva. Y no es así, sólo, por motivos prácticos, sino que se trata de una opción de principio: «La doctrina social de la iglesia —recalca don Fernando— está presente en todas las actuaciones económicas de la JMJ. La búsqueda del bien común, la austeridad en el gasto, la subsidiariedad y la solidaridad son pilares fundamentales. Todo ello se intenta combinar con la profesionalidad y la transparencia». Demostrar que se puede organizar un gran evento sobre estos principios puede ser un gran legado de la JMJ. Y no sólo en Madrid, pues se está aplicando en toda España para organizar los Días en las Diócesis.

Don Yago añade: «No queremos perder de vista el objetivo que realmente nos mueve: facilitar un encuentro personal de los cristianos con Jesucristo y de todos, creyentes o no, con el sentido de su vida. Por eso, cabemos todos». Y por eso, es una alegría cuando las empresas, además de ayudar económicamente, se implican en la Jornada. Como hizo, por ejemplo, Eulen, cuyo presidente, don David Álvarez, es patrono de la Fundación Madrid Vivo. Don Javier Arnedo, su director de Marketing, explica que a don David «se le ocurrió invitar a una serie de trabajadores católicos para que asistan a la Misa de Cuatro Vientos. Ya hay 24 elegidos de Iberoamérica y Estados Unidos», y vendrán seis de España y Portugal. «Son trabajadores de distintos estratos, desde personal de oficina a limpiadores, que destacan por su empeño. Todos están encantados».

La solidaridad de todos

Hace dos semanas, la agencia católica AsiaNews se hacía eco de la petición de ayuda de un grupo de jóvenes chinos para acudir a la JMJ. Desgraciadamente, peticiones como ésta llegan con mucha frecuencia de todo tipo de países, desde Irak hasta Ecuador. Desde la organización, se intenta atender a la mayor cantidad posible de ellas, gracias al Fondo de Solidaridad, que ya ha repartido 700.000 euros. Todos los peregrinos contribuyen a él al inscribirse, pero también se cuenta con la colaboración de muchas otras personas, que, a través de la web www.muchasgracias.info, podrán hacer un donativo, no sólo al fondo, sino a varias partidas más, como objetos litúrgicos o ayudas para la participación de discapacitados. También se pueden hacer microdonativos enviando un SMS con el texto JMJ al 28004. De momento, estos donativos de particulares ya han alcanzado un millón de euros.

También se fomenta la cooperación entre quienes acudirán a la JMJ. A través de la web carpooling.madrid11.com, por ejemplo, personas o grupos que viajen a Madrid y tengan plazas libres pueden ponerlas a disposición de gente que aún no disponga de transporte. Así, viajarán de forma más económica y ecológica.

Los datos que llenan estas páginas son sólo un ejemplo. Durante la Jornada, será imposible dar un paso sin tropezar con otros miles de detalles que habrían sido imposibles sin la colaboración de personas e instituciones de todo tipo: los ornamentos cosidos por decenas de conventos y particulares, la orquesta y el coro (también de voluntarios), la radio y la televisión de la JMJ, las actividades culturales (realizadas por realidades eclesiales con la colaboración de muchas otras entidades), los voluntarios y las entidades que los han formado… Todo ello constituye, sin dudarlo, uno de los tesoros reales de la JMJ.