«La inversión ética puede ser más rentable»
Fernando Gómez-Bezares es uno de los economistas que más ha estudiado en España acerca de la inversión sostenible, aquella que busca, además de la rentabilidad, un impacto positivo a nivel ambiental, social y de buen gobierno, y por la que apuestan cada vez más instituciones y particulares.
¿Qué son los fondos éticos o de Inversión Socialmente Responsable (IRS)?
Este tipo de inversión, además de en aspectos financieros, se fija en los sociales y medioambientales. Es decir, tiene en cuenta si una empresa es rentable, pero también si trata bien a sus trabajadores o respeta el medioambiente. Nace por un componente ético, porque determinados inversores no querían que su dinero se destinara a invertir en empresas donde podría haber trabajo infantil, discriminación o se fabricasen armas.
¿Qué ventajas tiene invertir de esta manera?
Va a tener una mayor fidelización por parte de sus clientes, trabajadores y accionistas. Logrará que las personas que forman parte de ella de una forma u otra se sientan vinculadas. Y eso, en el contexto actual, es muy importante. Además, es probable que cuanto más socialmente responsable sea, mejor le vaya.
Por tanto, a los que invierten en ella, también.
En los últimos años, se está investigando mucho si la inversión que sigue, además de los financieros, unos criterios éticos es rentable. Rentable tiene que ser, lo que queremos saber es si lo es tanto o más que la inversión convencional.
¿Y?
Las diferencias son mínimas. Acabamos de terminar un estudio sobre índices convencionales y sostenibles. Los resultados de Estados Unidos colocan a la sostenible un poco por debajo, mientras en Europa un poco por encima. Van a tener rentabilidades muy parecidas. A largo plazo, la de los éticos va a ser un poco más alta, pero, sobre todo, tendrá menos riesgos.
¿Por qué?
Te pongo ejemplos. Si una empresa es socialmente responsable no le va a ocurrir lo que le sucedió a BP en el golfo de México, o a la central de Fukushima tras el tsunami o a Volkswagen. Si eres éticamente responsable no puedes engañar como ha hecho esta empresa automovilística con las emisiones y, por tanto, no vas a tener la caída en bolsa que tuvo.
¿Es una opinión generalizada entre expertos?
Sobre que tengan más o menos rentabilidad, todavía hay discusión. Pero sobre la cuestión del riesgo, en eso estamos todos bastante de acuerdo.
¿Tiene inconvenientes este tipo de inversión?
Lo que más me preocupa es cómo se decide que una empresa tenga la etiqueta de socialmente responsable o no. Me preocupa que no todo el mundo sea tan diligente u honrado. Es el inconveniente fundamental que le veo yo a estos fondos.
¿Un particular puede tener acceso a estos fondos?
Por supuesto. Lo que pasa es que en nuestro país hay poca cultura sobre este tipo de inversión, que queda limitada a los fondos institucionales y fondos de pensiones. Pero entre los particulares, e incluso entre los profesionales, hay poca cultura. En España, vamos un poco por detrás, aunque Europa, con Francia a la cabeza, es la avanzadilla del mundo.
¿Se puedes pedir fondos éticos en el banco de toda la vida?
Claro que sí. Los grandes bancos tienen sus gestoras. Si va a una oficina y pide un producto de estas características, lo normal es que lo tengan en catálogo; y si no lo tienen, lo pueden buscar porque los hay.
Tressis es en nuestro país un referente en el asesoramiento financiero y en la gestión de patrimonios. Ofrece a sus clientes inversión convencional, pero también aquella que incorpora criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ISR). Este jueves Tressis organiza en Madrid una jornada sobre inversión socialmente responsable de la mano de Spainsif y de la Asociación Española de Fundaciones, entre otros. Se abordarán las ventajas de invertir en valores ISR, evitando el impacto en las inversiones de malas praxis medioambientales, sociales o de gobiernos, junto a la posibilidad de alinear impacto social y rentabilidad. Así lo explica Ignacio Perea, director de inversiones de Tressis: «La ISR nos permite invertir alineados con nuestro principios y, además, podemos hacer que cambien las cosas». Según Perea, la inversión ética hasta no hace mucho se basaba en criterios excluyentes –no invierto aquí porque esta empresa fabrica armas–, pero ahora, con la ISR, la clave está en la integración. «Antes se excluía lo que se consideraba negativo, ahora lo que se pretende es cambiarlo. La inversión, además de para conseguir rentabilidad, se convierte en una herramienta para cambiar las cosas. Es decir, el inversor tiene un retorno económico y luego hay un retorno social», añade.
Para Tressis, al ofrecer un producto al cliente, es importante proporcionarle toda la información, la financiera y la extrafinanciera, de modo que, junto a la rentabilidad, conozca el impacto que su inversión generará en la sociedad.