La invasión de Ucrania también está matando su cultura
Según la UNESCO, más de 160 monumentos han sufrido daños severos o han sido totalmente destruidos
El balance de víctimas «culturales» también es trágico en Ucrania, donde las bombas rusas no solo están asesinando a civiles indiscriminadamente, sino también ejerciendo una suerte de cancelación cultural. Más de 160 monumentos o edificios dedicados a propósitos culturales han sido severamente dañados o arrasados por los ataques rusos. El recuento comprende 71 sitios religiosos, 12 museos, 31 edificios históricos, 23 edificios destinados a actividades culturales, 17 monumentos y 7 bibliotecas. La UNESCO lleva con minuciosidad esta macabra cuenta de la destrucción material que está provocando la invasión de Ucrania. Desde la madrugada del 24 de febrero, cuando comenzó la agresión, los expertos de este organismo de la ONU dedicado a la educación y la cultura han recopilado cada uno de los daños perpetrados contra el patrimonio ucraniano.
Para la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, «estos continuos ataques contra los sitios culturales de Ucrania deben terminar. El patrimonio cultural, en cualquiera de sus formas, no debe ser objeto de bombardeos. Reitero mi llamamiento al respeto del Derecho Internacional Humanitario y, en concreto, a la Convención de La Haya para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado». Las tres cuartas partes de los sitios dañados se concentran en tres regiones. La peor parada es la región de Donetsk, donde los combates siguen siendo muy intensos y donde la UNESCO contabiliza 46 sitios culturales dañados. Entre ellos, se encuentra el teatro de Mariupol, escenario de una terrible masacre en la que, según las autoridades ucranianas, las bombas rusas asesinaron a unas 300 personas, muchos de ellos niños. El gobierno italiano anunció, a través de su ministro de Cultura, Dario Franceschini, que ofrecería a Ucrania su ayuda para reconstruir el edificio. A la de Donestk sigue la región de Kharkiv con 40 sitios destrozados; y la de Kiev con 26 lugares de interés cultural afectados.
Otras regiones registran menos «víctimas culturales», aunque igualmente padecen la furia rusa. Hace pocos días los misiles alcanzaron dos universidades en Mykolaiv, en el sur del país.
Desde el comienzo de la invasión, la UNESCO está brindando asesoría técnica a los responsables de las instituciones culturales en Ucrania para proteger, en la medida de lo posible, los edificios de interés cultural y para hacer un inventario detallado de los posibles objetivos de las bombas rusas. Una de las medidas, por ejemplo, ha sido reforzar la seguridad antiincendios en los edificios. Este organismo de la ONU también ha ayudado mediante la concesión del llamado «Escudo azul», un símbolo que indica que ese determinado sitio cultural está protegido por la Convención de la Haya de 1954 y, por tanto, cualquier ataque puede ser considerado una violación del Derecho Internacional susceptible de ser procesada en un tribunal.
La UNESCO prepara desde ya la futura reconstrucción de estos lugares y, para ello, ha creado un fondo dedicado a Ucrania. En el futuro, la idea es crear una fuerza internacional de protección de los bienes culturales ucranianos que pueda establecerse en Kiev. El primer paso será enviar una misión de expertos en patrimonio para evaluar, in situ, los efectos de la devastación cultural que amenaza también Ucrania.