La «íntima y profunda cercanía» entre Francisco y Benedicto - Alfa y Omega

La «íntima y profunda cercanía» entre Francisco y Benedicto

Una sola Iglesia (Rizzoli), que llega a las librerías este martes, ofrece en paralelo catequesis del Papa y de su predecesor sobre diversos temas. «Su consonancia espiritual y la diversidad de su estilo multiplican las perspectivas», destaca en el prólogo el cardenal Pietro Parolin

Redacción
Foto: CNS.

Entre Benedicto XVI y Francisco existe desde el principio una «íntima y profunda cercanía» que se manifiesta tanto en el magisterio de ambos como en el afecto recíproco que se tienen. Así lo muestra, según el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, el libro Una sola Iglesia, que llega este martes a las librerías italianas.

Editado por Rizzoli, la obra recoge 16 catequesis de los miércoles del Papa emérito, en paralelo con otras tantas intervenciones análogas de su sucesor. Los textos están divididos en cinco partes: «Iglesia», «Familia», «Oración», «Fe» y una última que recoge otros temas fundamentales tratados en diversas audiencias semanales.

El prólogo, escrito por el cardenal Parolin, destaca que el conjunto constituye todo un «abecedario del cristianismo» que permite «reorientarse» sobre estos y otros temas. «La consonancia espiritual de los dos Papas y la diversidad de su estilo comunicativo multiplican las perspectivas y enriquecen la experiencia de los lectores».

En relación con sus predecesores

La continuidad entre papas adquiere a veces rasgos «casi proféticos», apunta el segundo a bordo del Vaticano. Recordando cuando Juan XXIII agradeció entusiastamente unas palabras sobre el Concilio Vaticano II que el cardenal Frings había tomado del entonces joven teólogo Joseph Ratzinger, enfatiza cómo el Papa bueno «se reconoció a sí mismo en las palabras escritas por un joven profesor alemán que subiría al trono de Pedro medio siglo después».

También en el pontificado de Francisco es una constante la continuidad del magisterio, explica el secretario de Estado. De hecho, destaca cómo «en los momentos más solemnes de su pontificado se refirió siempre al ejemplo de sus predecesores».

Una relación única y un «vivo afecto»

Esta «continuidad natural», sin embargo, se desarrolla de una forma única en el caso de Benedicto XVI por «la presencia de un Papa emérito en oración junto a su sucesor». Su relación se caracteriza en primer lugar, explica el cardenal Parolin, por «una viva comunidad de afecto».

Cita como ejemplo el 65º aniversario de la ordenación sacerdotal del Obispo de Roma emérito, cuando Francisco le pidió que siguiera «sirviendo a la Iglesia. No dejes de contribuir verdaderamente a su crecimiento con vigor y sabiduría». Del monasterio Mater Ecclesiae, prosiguió el Pontífice, «emana tranquilidad, paz, fuerza, confianza, madurez, fe, dedicación y fidelidad, que me hacen tanto bien y dan tanta fuerza a mí y a toda la Iglesia».

A lo que Benedicto respondió que «tu bondad, desde el primer momento de tu elección, en cada momento de mi vida aquí, me impacta, me lleva de verdad hacia dentro. Más que en los Jardines del Vaticano, tu bondad es el lugar donde vivo: me siento protegido».

Benedicto XVI y la misericordia

Por otro lado, aunque las intervenciones públicas del Obispo emérito de Roma son pocas, en ellas «nunca ha dejado de subrayar la peculiaridad, el estilo del ministerio del Papa Francisco», enfatiza Parolin. Y, de él, el Papa alemán suele apuntar como elemento clave a la misericordia de Dios.

Así lo subrayó en entrevista con el jesuita belga Jacques Servais. «En mi opinión», añadía, «esto pone de relieve que bajo el barniz de la confianza en sí mismo y de la propia justicia, el hombre de hoy esconde un conocimiento profundo de sus heridas y de su indignidad ante Dios. Espera misericordia».