La Iglesia siro-malabar evita el cisma: las dos formas de su rito convivirán

La Iglesia siro-malabar ha evitado el cisma. Apenas un par de días antes de que el pasado miércoles se cumpliera el ultimátum que los enfrentaba a la excomunión, los sacerdotes de la archidiócesis de Ernakulam-Angamaly aceptaron una propuesta de consenso. A partir de ahora, todas las parroquias de la archidiócesis estará obligadas a celebrar la Misa según la reforma del rito implementada en 2021 solo los días de fiesta.

«La disputa litúrgica está cerrada», aseguró el padre Kuriakose Mundadan, secretario del consejo presbiteral de Ernakulam-Angamaly, en declaraciones que recoge UCA News. «Cada parroquia celebrará una Misa» según el rito «aprobado por el Sínodo los domingos y los demás días de precepto. Y se nos permite seguir nuestra Misa tradicional el resto de días», explicó. En el rito reformado, los sacerdotes rezan la plegaria eucarística de la Misa orientados hacia el altar en lugar de hacia el pueblo. En la forma anterior, el celebrante se dirige a los fieles durante toda la Eucaristía.

Se considerará la unificada como una forma especial del rito. Los representantes de los sacerdotes rebeldes todavía demandan que se especifique que la forma oficial es la anterior.

Acuerdo condicionado

Según UCA News, no está claro cuántas parroquias siguieron lo acordado el mismo 3 de julio, fiesta de santo Tomás. Esta fecha fue elegida para el ultimátum por ser este apóstol a quien los siro-malabares consideran el evangelizador de su tierra. La Iglesia local no ha desvelado este dato. Existe un entendimiento verbal de que este no se aplicará en las iglesias con casos judiciales pendientes y en aquellas donde los feligreses se opongan, revela The Hindu. Estos últimos casos se seguirán negociando.

Como condición para el pacto, cualquier cambio que afecte a su contenido se consultará con los organismos diocesanos. «No queremos ninguna disputa sobre la Misa en el futuro», aseguró a UCA News Riju Kanjookaran, portavoz del Movimiento Archidiocesano por la Transparencia, que ha liderado las protestas contra la imposición de la reforma litúrgica. Estas han incluido disturbios, huelgas de hambre, quema de retratos de los representantes de la Santa Sede, denuncias ante la Policía y el cierre de la basílica de Santa María.

Los sacerdotes rebeldes eran unos 450, junto con el medio millón de católicos de sus comunidades. La disputa litúrgica lleva marcando a esta Iglesia de rito oriental —la segunda sui iuris por tamaño después de la grecocatólica ucraniana— desde hace cinco décadas. En 1999 se aprobó la reforma del rito, pero el rechazo hacia ella hizo que no se llegara a aplicar hasta 2021, cuando el Sínodo lo ordenó. Lo hicieron todas salvo la Ernakulam-Angamaly. Esta circunscripción es la sede del arzobispo mayor siro-malabar, Raphael Thattil.

Cuestiones extralitúrgicas

Después de un ultimátum a finales del año pasado, el más reciente vino el domingo 9 de junio de Thattil y de Bosco Puthur, administrador apostólico de la archidiócesis. Los días 14 y 19 de junio, el Sínodo llegó a una solución que luego se malogró. Posteriormente, Thattil autorizó a Joseph Pamplany, arzobispo de Tellicherry, a negociar con los sacerdotes rebeldes. Solo así se alcanzó un acuerdo, que incluía la continuidad de la forma tradicional del rito —que el Sínodo había declarado «ilícita» en enero de 2023— a cambio de celebrar los días de precepto según la reforma. En una carta de 1 de julio, Thattil y Puthur aceptaron la petición.

Según el diario The Hindu, el acuerdo incluye el compromiso de no utilizar la fuerza para implementarlo y abstenerse de implicar a la Policía en caso de conflicto. También la celebración de elecciones según el derecho canónico para algunos organismos de la diócesis y la ordenación presbiteral de diáconos tras consultar con Roma. Pero aún no hay acuerdo sobre la resolución de una controvertida compraventa de terrenos. Todas estas cuestiones apuntan a que en el caso se han entremezclado cuestiones y desacuerdos extralitúrgicos.