La Iglesia saluda a Gabriel Boric, nuevo presidente de Chile
La Conferencia Episcopal Chilena pide «generosidad, compromiso y prudencia», y el arzobispo de Concepción le exhorta a «valorar el alma religiosa del pueblo»
La Iglesia en Chile ha felicitado al diputado de izquierdas Gabriel Boric por su victoria en las elecciones presidenciales celebradas este domingo, al alzarse con el 55,86 % de los votos con el 99 % escrutado. «El país le ha expresado un voto de confianza y le encarga una gran misión, destinada a dirigir los destinos de nuestra patria como primera autoridad y primer servidor», subrayan en una carta el cardenal español Celestino Aós Braco, arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, y Santiago Pérez de Arce, su secretario general y obispo de Chillán.
Los obispos piden a Dios para el líder del Frente Amplio «sabiduría y fuerza», que «sin duda necesitará». Confían en que pueda afrontar este encargo «con generosidad, compromiso y prudencia» y contando con la colaboración de los ciudadanos, los actores sociales y políticos y «la fuerza espiritual que viene de la fe» y de las convicciones profundas.
En esta nueva etapa que se abre en el país, que prepara una nueva Constitución, la Iglesia «quiere seguir contribuyendo a construir una humanidad más justa y fraterna, donde especialmente los pobres y los que sufren sean respetados». Y ofrece a Boric su «apoyo y oración, con el aporte de nuestra acción pastoral» siempre desde el «respeto al orden democrático».
Defensa de la familia y el no nacido
También Fernando Chomali, arzobispo de Concepción, se ha dirigido públicamente a Boric para pedirle que «reconozca y valore el alma religiosa del pueblo». En declaraciones al diario El mercurio, especificó que su deseo incluye que el nuevo Gobierno valore la familia como el lugar donde las personas aprenden a crecer como tales y como una «irremplazable fuente de felicidad».
Además, espera que «promueva el trabajo, por ser un camino privilegiado para superar la pobreza que aqueja a tantos chilenos; que promueva decididamente al débil que se encuentra en el útero materno, en la cama de un hospital, en la frontera indocumentado, en la calle sin techo, o con alguna discapacidad».
En septiembre, la Cámara de Diputados aceptó tramitar una proposición para legalizar el aborto hasta las 14 semanas de gestación, aunque finalmente fue rechazada a finales de noviembre. Los partidos promotores del aborto anunciaron que lo intentarían lo antes posible. Con Bodric, que se encuentra entre ellos, un nuevo proyecto sería aún más amplio porque además de hacer el aborto legal el Gobierno podría apoyar que fuera gratuito, algo a lo que el Ejecutivo de Sebastián Piñera se negaba.
«Migración segura, ordenada y regular»
Otro desafío para el nuevo Gobierno de Chile será la crisis migratoria en el norte del país, que tiene su epicentro en la ciudad de Iquique. Durante todo este año, la región se ha visto desbordada por la llegada de venezolanos a través de los Andes, con picos de unas 3.000 personas en diversos momentos. Esto ha dado lugar a protestas (a veces violenta) y a que el Ejecutivo de Piñera pusiera en marcha la deportación de más de 800 personas en aviones.
Al conocer el resultado electoral, el Servicio Jesuita a Migrantes Chile ha subrayado que la nueva Administración se enfrenta al desafío de «generar las condiciones para una migración segura, ordenada y regular». Su portavoz, Waleska Ureta, espera que Boric responda «desde el enfoque de derechos para recibir a quienes viven huyendo de situaciones tan críticas y dramáticas en sus países de origen».
«Una de las herramientas que se podría implementar», subraya Olaya Grau, doctora en Ciencias Políticas de la Universidad Católica de Chile, «tiene que ver con la condición de refugiado», que el Gobierno anterior «ha cerrado las puertas» a los venezolanos.
Por último, el arzobispo Chomali exhortó al nuevo presidente a hacer todo lo necesario para «terminar con la corrupción, el amiguismo» y todo tipo de maniobras de este tipo, «fuente importante de injusticias». Y le pidió que «jamás avale bajo ninguna circunstancia la violencia bajo cualquier forma venga de donde venga; que reconozca el inmenso trabajo que hace la Iglesia y tantas otras instituciones».