La Iglesia presenta la «memoria de la mascarilla» - Alfa y Omega

La Iglesia presenta la «memoria de la mascarilla»

A pesar de la pandemia la acción asistencial no se detuvo: más de cuatro millones de personas fueron atendidas. La sacramental sí se vio reducida y la mitad de las diócesis presentó números rojos

Fran Otero
La presentación de la Memoria de Actividades se celebró en la Fundación Pablo VI y contó con varios testimonios. Foto: CEE.

Una religiosa que trabaja en el ámbito de la salud, un párroco y una familia numerosa y misionera en Ucrania fueron algunos de los rostros que protagonizaron la presentación pública de la Memoria de Actividades de la Iglesia católica 2020, hace una semana en Madrid. Ellos engrosan algunas de la cifras que aparecen en ese muestrario de la labor de la Iglesia en el año de la pandemia y, a la vez, representaban a las miles de personas que dedican su tiempo, sus habilidades y conocimientos para los demás, sea en la actividad social, litúrgica, educativa, cultural o sacramental. Es, según dijo el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), «la memoria de la mascarilla», la que recuerda también a tantas personas fallecidas.

Uno de los termómetros que se activa cuando se presenta un estudio de estas características es la actividad asistencial. Y la Iglesia vuelve a destacar. A pesar del confinamiento y las restricciones por la pandemia de la COVID-19, no redujo su actividad caritativa y social. Las personas que recibieron asistencia superaron los cuatro millones, una cifra similar al año anterior. Sí creció el número de centros, de 9.163 a 9.222. La mayoría de las personas atendidas, más de la mitad, lo fueron en los centros para mitigar la pobreza. El resto acudió a recursos como centros de menores y jóvenes, proyectos para promover el trabajo, de promoción de la mujer o para atender a migrantes. En este apartado se incluyen también las casas para ancianos, los hospitales y dispensarios.

Además, solo en 2020 se pusieron en marcha 680 acciones para hacer frente a las necesidades derivadas de la situación sanitaria: 359 asistenciales, 175 pastorales, 89 sanitarias y 57 educativas y de formación.

Toda esta labor, según explicó Ester Martín, directora de la Oficina de Transparencia de la CEE, generó un valor económico para toda la sociedad de cerca de 590 millones de euros, casi el doble de los que recibió a través del IRPF, que en 2020 alcanzó los 297,68 millones de euros, la segunda cifra más alta de la historia. «En la memoria aparecen muchos rostros, muchos números y datos. Conoceremos a personas y seremos receptores de algunas historias. Todas nos hablan de millones de personas, que somos la Iglesia, que hacemos la vida de la Iglesia, que queremos vivir la misión de la Iglesia», dijo Argüello.

Y aunque los templos estuvieron cerrados durante varios meses desde marzo y con restricciones los siguientes, la actividad celebrativa también siguió adelante. Eso sí, la merma aparece en las cifras de Bautizos (100.222), Primeras Comuniones (161.950), Confirmaciones (79.447) y Matrimonios (12.679). En un contexto de emergencia sanitaria y con una tasa de mortalidad elevada han crecido las Unciones de enfermos, que pasaron de 25.122 a 29.627.

«El descenso tiene que ver con la pandemia, lo cual no quiere decir que sea el único motivo. Los templos han estado cerrados varios meses y eran meses de temporada alta, de Semana Santa, comuniones, bodas… Y cuando se reabrió, se hizo con limitaciones y había miedo a participar de forma presencial. Se puede y se debe achacar a la pandemia», explicó el portavoz de la Conferencia Episcopal a la prensa.

Más preocupante es la pérdida de recursos humanos. Baja el número de sacerdotes (16.568), seminaristas (1.066), religiosos y religiosas (35.507), misioneros (10.629) y laicos asociados (408.722). La tendencia sigue esta línea descendente en los últimos años. En la otra cara de la moneda están los profesores de Religión, que crecen hasta los 40.118.

Por otra parte, la Iglesia hizo un gran esfuerzo para la construcción, conservación y rehabilitación de patrimonio con una inversión de más de 52 millones de euros en 571 proyectos. En materia educativa, sigue ahorrando dinero a las arcas públicas: 3.895 millones de euros a través de los 2.419 centros concertados católicos.

Toda esta labor la realizó, además, en condiciones económicas adversas y a pesar de que las aportaciones voluntarias de los fieles, el grueso de los recursos de la Iglesia, se vio mermada en casi 25 millones de euros. Esto y el aumento de gastos como la retribución del clero y del personal seglar, la citada conservación de edificios y gastos de funcionamiento provocaron que todas las diócesis sumaran un déficit de 7,6 millones de euros. La mitad presentó números rojos.

Reacción a la ley del aborto

Al día siguiente de la presentación de la Memoria de Actividades de la Iglesia 2020, el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y arzobispo de Barcelona, cardenal Juan José Omella, participó en un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum, donde criticó que el Gobierno utilice un tema tan sensible como el aborto –el martes presentó el borrador de la reforma de la ley, que permitirá a menores de 16 y 17 años abortar sin conocimiento ni consentimiento de los padres– «para desviar la atención en medio de una crisis». Para el purpurado, que menores no estén acompañadas por sus padres en momentos delicados es «una barbaridad».

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