«La Iglesia no puede, no debe y no quiere crear ninguna barrera al perdón del Padre»
En una reunión con los misioneros de la misericordia, el Pontífice ha resaltado todo el «bien que ofrecisteis» con «vuestra predicación y, sobre todo, con la celebración del sacramento de la Reconciliación». Por ello, «juzgué oportuno que vuestro mandato pudiera proseguir», ha explicado el Santo Padre, que también ha resaltado los «muchos testimonios de conversión que se realizaron a través de vuestro servicio»
«El hijo pródigo no tuvo que pasar por la aduana, el Padre lo espera sin obstáculos». De igual modo, «la Iglesia no puede, no debe y no quiere crear ninguna barrera o dificultad que obstaculice el acceso al perdón del Padre», cuya «misericordia no conoce límites».
Este es el principal mensaje que ha lanzado el Papa Francisco este martes 10 de abril en la Sala Regia del Vaticano. Allí ha recibido a los misiones de la misericordia de los cinco continentes, a los que ha agradecido «el gran servicio que brindasteis a la Iglesia».
En este sentido, ha resaltado todo el «bien que ofrecisteis» con «vuestra predicación y, sobre todo, con la celebración del sacramento de la Reconciliación». Por ello, «juzgué oportuno que vuestro mandato pudiera proseguir», ha explicado el Santo Padre, que también ha resaltado los «muchos testimonios de conversión que se realizaron a través de vuestro servicio».
Dios os necesita
Durante el encuentro, Francisco ha recordado a los misioneros de la misericordia que su misión «es la misma que el Señor resucitado dio a sus discípulos: “a los que les perdonéis los pecados les serán perdonados, a los que se los retengáis le serán retenidos”».
Como se ve, ha continuado el Papa, «Dios tiene necesidad de hombres que lleven al mundo su perdón y su misericordia». Esta responsabilidad, «puesta en vuestras manos, requiere un estilo de vida coherente con la misión que hemos recibido».
Misa en la Basílica de San Pedro
Tras el encuentro en la Sala Regia, Bergoglio ha celebrado la Misa en la Basílica de San Pedro para los misioneros de la misericordia. En la homilía, ha dicho que «el ministerio que desarrollan desde el Jubileo de la Misericordia se mueve» entre el servicio de las personas, para que renazcan de lo alto», y el «servicio de las comunidades, para que vivan con alegría y coherencia el mandamiento del amor».
Antes de concluir, el Pontífice ha invitado a los misioneros a imitar la vida comunitaria de los primeros cristianos. Su «estilo de vida» y «la presencia viva del Señor Resucitado» produce «una fuerza de atracción» que «llega a todos» y «nadie es excluido».