La Iglesia lamenta la poca carga lectiva de la Religión y reclama diálogo - Alfa y Omega

La Iglesia lamenta la poca carga lectiva de la Religión y reclama diálogo

El presidente de la Comisión Episcopal para la Educación ha advertido de que «parece imponerse una concepción de la educación que no considera interés primero la formación integral de la persona»

José Calderero de Aldecoa
Una clase de Religión. Foto: Efe / R. García.

La Conferencia Episcopal Española ha vuelto a lamentar la carga lectiva de la asignatura de Religión, se ha mostrado dispuesta al diálogo con las autoridades políticas y la comunidad educativa y ha valorado positivamente la autonomía que concede la LOMLOE a los centros educativos en una declaración realizada este viernes 24 de junio con motivo de la publicación en el BOE de los currículos de Religión Católica.

«Lamentablemente, la mayor parte de las comunidades autónomas, como en su momento el Ministerio, han ignorado» la solicitud de una ampliación de la carga lectiva de la asignatura, ha asegurado Alfonso Carrasco, presidente de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura.

Para el también obispo de Lugo, esta decisión evidencia «la escasa consideración en que tienen las dimensiones de la persona», así como «la irrelevancia o la poca perspectiva educativa con la que abordan la integración de la diversidad religiosa en la escuela y las necesidades de la convivencia en una sociedad culturalmente plural».

De esta forma, «parece imponerse una concepción de la educación que no considera interés primero la formación integral de la persona», lo que para la Comisión de Educación es, «sin duda, un obstáculo de fondo para la consecución de un necesario pacto educativo que todos deseamos».

Importancia del diálogo

A pesar de la falta de consideración de las autoridades políticas, la CEE se ha mostrado dispuesta a «mantener el diálogo» y no dejar de «participar en el proceso de elaboración de la ley a pesar de las dificultades», porque «es una forma de hacer presentes derechos y libertades que no derivan del Estado, sino que son responsabilidad de la sociedad, de las familias y también de la Iglesia».

La disposición al diálogo también se ha tenido de puertas adentro. De hecho, según Carrasco, para la elaboración del currículo de Religión se optó «por abrir un proceso participativo a todos los actores y responsables de esta tarea educativa». Se trata de una muestra más de la sinodalidad de la Iglesia y, además, «nos parece el camino más adecuado para mantener viva la propuesta del Papa Francisco de un Pacto Educativo Global que ponga de manifiesto y defienda con gestos concretos que la educación es cosa de todos». Un pacto educativo, que «nos hubiera gustado» que «hubiera encontrado positiva acogida en la LOMLOE».

Una asignatura del siglo XXI

Por último, y antes de subrayar el compromiso de los profesores y la importancia de la asignatura para «conocer el mundo cristiano» —«necesario para comprender bien la propia tradición y cultura»—, la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura ha asegurado que la materia «tiene la misma dignidad académica y las mismas exigencias metodológicas de cualquier otra asignatura».

De hecho, los currículos incluidos este viernes en el BOE presentan desglosadas las competencias específicas, los saberes básicos, los criterios de evaluación, las situaciones de aprendizaje y las orientaciones metodológicas de la asignatura, como exige la LOMLOE.

«La clase de Religión juega un papel decisivo para que la escuela pueda cumplir su misión de educación integral del alumnado», concluye Alfonso Carrasco, presidente de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, quien también valora positivamente «la autonomía concedida por la ley a los centros educativos».