La Iglesia española continúa mejorando en transparencia

La Iglesia ha sacado «notable» en el informe de transparencia y buen gobierno publicado el pasado martes por la Fundación Haz. Se trata de la tercera edición del mismo y, en él, «se refleja una mejoría generalizada» de los indicadores en la mayoría de las diócesis respecto del informe anterior, asegura Javier Martín Cavanna, director y fundador de la entidad. Entonces solo fueron tres diócesis —Bilbao, Burgos y Coria-Cáceres— las calificadas como transparentes por la fundación, mientras que en el informe de este año, que hace referencia a los datos de 2022, esta consideración la alcanzan hasta nueve diócesis: Zamora, Bilbao, Toledo, Córdoba, Tarrasa, Burgos, Granada, Valencia y Plasencia.

Entre las razones de este avance Martín Cavanna señala el «buen trabajo» realizado por la Oficina de Transparencia de la CEE, «de asesoramiento y de impulso de buenas prácticas», a pesar de ser una tarea no siempre fácil debido a la autonomía de la que gozan las diócesis en esta materia. También destaca la publicación cada año del propio informe, «que ha hecho reaccionar a las diferentes iglesias locales».

Las diócesis más transparentes:

Gráfico: Alfa & Omega
Fuente: Fundación Haz

En el apartado de indicadores —el informe analiza hasta 21 en áreas como economía, sacramentos o educación—, uno de los que más ha contribuido a este aumento de la transparencia eclesial es el de la protección de menores. Si en el primer informe solo el 6 % de las diócesis cumplían íntegramente con este apartado, ahora son el 88 % quienes obtienen los puntos de transparencia en este ámbito, según la Fundación Haz. También se ha disparado la puntuación referida al estado financiero, que valora la publicación del balance de situación de las diócesis y de la cuenta de pérdidas y ganancias. En 2019 solo el 9 % hizo públicos estos datos, mientras que en 2022 fueron un 93 % de las diócesis.

A pesar de los buenos datos, el director reconoce que «existen amplios márgenes de progreso» en el ámbito económico, principalmente. «Cobra especial urgencia la necesidad de profesionalizar el funcionamiento y rendición de cuentas de las comisiones de asuntos económicos», así como «mejorar el proceso de selección de sus miembros» e «introducir prácticas como la autoevaluación, que es algo habitual en los órganos de gobierno de cualquier entidad». Por último, el director habla de la importancia de las auditorías externas, un indicador en el que tan solo aprueba el 4 % de las diócesis. «Son muy pocas las que cumplen», lamenta. «La información no solo hay que darla, sino que tenemos que tener la garantía de que ha sido revisada por una entidad independiente».