La Iglesia en Maine expresa su dolor por el tiroteo más mortífero del año en EE. UU.
«Aunque parezca imposible encontrar esperanza en un momento como este confiamos en un Dios amoroso que no nos abandona», ha escrito el obispo de Portland
La Iglesia católica de Estados Unidos se ha sumado al dolor por los tiroteos del pasado miércoles en Lewiston (Maine) y que, con al menos 18 víctimas mortales, es el más mortífero en lo que va de año en el país. El obispo de la diócesis de Portland (Maine), Robert Deeley, expresó el pasado jueves su «profunda tristeza» ante los hechos, en un comunicado publicado por la diócesis. «Es muy doloroso», afirma el texto, «tener noticias de vidas perdidas y docenas de heridos y conocer el sufrimiento que tantas familias están experimentando».
El prelado asegura estar rezando por todos los afectados de «esta terrible violencia». Pide «que el Señor les brinde consuelo en medio de su dolor». Y suplica también a Dios que, «en este momento de prueba e incertidumbre», dé fuerza a las familias y a la comunidad, y proteja a las fuerzas del orden en sus esfuerzos por prevenir «daños mayores».
El obispo no se olvida del personal sanitario y de los capellanes de los hospitales que recibieron a los heridos. «Aunque parezca imposible encontrar esperanza en un momento como este», concluye, «confiamos en un Dios amoroso que no nos abandona».
La Policía continúa este viernes la búsqueda del principal sospechoso del tiroteo. Se trata de Robert Card, un reservista del Ejército norteamericano, instructor de armas de fuego, que al parecer sufría un trastorno mental. Los hechos se produjeron hacia las 19:00 horas (locales) del miércoles en una bolera y un restaurante, muy concurridos en esos momentos. Por el momento, las autoridades han identificado a ocho de las víctimas.
Unos 80 agentes del FBI están ayudando a las autoridades locales a localizarle, ha afirmado la senadora republicana Susan Collins en una rueda de prensa. Se cree que Card está armado y es peligroso, por lo que se ha pedido a la población local que siga la orden de ponerse a resguardo, informa EFE. El jueves se suspendieron las clases en las escuelas. El sospechoso afronta de momento ocho cargos por asesinato, porque esa es la cifra de víctimas ya identificadas, pero se espera que el número de cargos iguale al de fallecidos.
Mensajes como el del obispo Deeley son habituales cada vez que se produce un tiroteo masivo en el país. En otras ocasiones, incluso, han llevado a pronunciamientos muy críticos con la legislación sobre la tenencia de armas, como los del arzobispo de Chicago, cardenal Blase Joseph Cupich.