La Iglesia, en busca del «impacto» que cambie la tendencia vocacional

Este domingo, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas, dos jornadas en en España organizan conjuntamente la Conferencia Episcopal, CONFER, CEDIS (institutos seculares) y OMP. Este año, según ha afirmado en un encuentro virtual el claretiano Luis Manuel Suárez, responsable de Pastoral Juvenil Vocacional de CONFER, la campaña busca animar a los jóvenes a plantearse su futuro y generar «un impacto» que pueda cambiar la tendencia vocacional.

«Nos jugamos mucho. Es una cuestión antropológica. Encontrar la vocación es lo contrario a vivir sin rumbo y en la niebla», ha explicado Suárez, que ha añadido que los materiales elaborados —bajo el lema ¿Para quién soy yo?— pretenden llegar a los no creyentes a través de las redes sociales.

Los objetivos de las dos jornadas, ha continuado, tienen que ver con suscitar la pregunta en los jóvenes sobre su vocación, con la animación de las comunidades cristianas para que oren por las vocaciones y acompañen a los jóvenes en su camino y, finalmente, sostener, también económicamente, las vocaciones de especial consagración.

Estado de las vocaciones

Además, con motivo de estas jornadas se ofrecen datos que reflejan la situación vocacional en nuestro país. Así, actualmente son 1066 los seminaristas mayores de las diócesis españolas, 62 menos que el curso anterior. También hay 827 seminaristas menores.

Con respecto a los religiosos, el total asciende a 37.286, que se reparten en 28.323 religiosas y 8.963 religiosos. CEDIS cuenta, por su parte, con 2.354 miembros.

La participación de OMP en la campaña tiene que ver con las vocaciones nativas y, por tanto, sus datos reflejan su labor de apoyo a los que respondido a la llamada de Dios en los países de misión. Así, en 2020, OMP España destinó 1,5 millones de euros para ayudar a 52 seminarios de 19 países. Unos fondos de los que se beneficiaron 3.535 seminaristas, 183 formadores y 500 novicios.

Testimonios

La presentación contó con varios testimonios de cada una de las realidades que participan en la campaña. Así Manuel Álvarez contó cómo Dios lo fue llamando desde niño al sacerdocio y cómo ya le falta poco para recibir la ordenación diaconal. O Rocío Vázquez, religiosa calasancia, a la que el fallecimiento de una amiga en un accidente de coche dio un vuelco a su vida. A partir de entonces decidió entregar su vida a los demás, fundamentalmente a los jóvenes.

También intervinieron Lydia Herrero, del Instituto Secular Obreras de la Cruz, encontró su vocación gracias al modelo de otras mujeres, y Carlos Armando Ochoa, seminarista en la diócesis de Tarahumara (México), la única en este país que recibe ayuda de OMP.