La iglesia de Tajuya: tres meses haciendo frente al volcán
El templo de Tajuya no ha cerrado sus puertas ni un segundo desde que se inició la erupción. Es símbolo de la acción de la Iglesia, que se prepara ahora para el nacimiento de Jesús: «Conecta con la realidad que vivimos»
La esperanza que se yergue frente a las dificultades es la sencilla iglesia de Tajuya, en La Palma, dedicada a la Sagrada Familia. A los pies de Cumbre Vieja, no ha dejado de estar abierta ni un solo segundo desde que el volcán comenzó a rugir. Y ya van 88 días este jueves. Así lo ha querido su párroco, Domingo Guerra, con 79 años y tres volcanes a las espaldas. Por cierto, el actual ya ha batido el récord de tiempo en erupción en la isla. «El templo muestra que Dios tiene los brazos abiertos, que nos espera siempre para compartir la realidad de la vida», dice en conversación con Alfa y Omega.
Él mismo ha practicado la acogida con los cientos de periodistas que han pasado por la plaza de Tajuya para hacer directos, reportajear o retratar al volcán. La iglesia les ha servido como refugio ante el polvo, como lugar de descanso, para comer algo o tomar un café. No hay bares que den este servicio. Casi tres meses, y el párroco no ha tenido que lamentar ningún incidente, ni siquiera advertir a nadie por un comportamiento inadecuado. Incluso ha visto cómo se llenaba de donaciones un cestito que se había quedado apartado en una esquina. Además, también ha acogido a los vulcanólogos del Instituto Geológico Nacional en los locales parroquiales bajo la plaza para que puedan desarrollar su trabajo. Uno de ellos, Rubén López, ya ha realizado dos belenes con lavas del volcán. Uno está instalado desde el lunes en la iglesia, justo delante del altar.
El día anterior, el domingo, se vivió una jornada muy especial. El Día del Señor, la Misa de La 2, se retransmitió para toda España desde allí. «Extraordinaria», la califica el párroco. El obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, que la presidió, no pudo contener la emoción. Es natural de La Palma y sirvió como sacerdote en las zonas más afectadas. Con la Eucaristía volvió el coro –formado por personas mayores– a la parroquia, ausente desde que se desató la pandemia. Las ofrendas fueron significativas: trozos de lava, una maqueta de la iglesia de San Pío X –la que sepultó la lava en Todoque– enviada desde Vigo o los 31 rosarios que la parroquia San Vicente Ferrer de Valencia habían rezado a raíz de la erupción. «Alrededor del volcán se han contado muchas historias: la de los que lo han perdido todo, que son los primeros, la de los que están trabajando… Hay otra historia, la de la acción de la Iglesia, personificada en los sacerdotes de la zona, cuya tarea es estar y acompañar», explica Javier Valiente, salesiano y subdirector de El Día del Señor, que estuvo el fin de semana en La Palma.
Uno de esos sacerdotes es Alberto Hernández, al que el volcán ha expulsado de todas las parroquias que atiende e, incluso, de su casa. La comunidad ocupa de manera provisional una pequeña capilla dedicada a la Virgen de Fátima. Viven el Adviento de manera muy sobria y conscientes de que la invitación de la Iglesia sigue siendo la misma, «permitir al Señor que se haga hueco en nuestra vida y se haga presente a los demás a través de nosotros». También de que el misterio de la Navidad «conecta con la realidad que estamos viviendo». «El texto de la Nochebuena habla de una familia que no tenía sitio en una posada, de un nacimiento en condiciones precarias, en un pueblo que no es el suyo, en una casa prestada, que era pesebre. El Señor nace en condiciones similares a las que vivimos en estos momentos. Estamos en un pueblo que no es el nuestro, en una casa prestada, bastante pobrecita o muy distinta a la que teníamos… Y ahí nace Jesús», explica el sacerdote.
La situación a nivel social sigue siendo complicada, pues, según el padre Alberto, las ayudas públicas no terminan de llegar y la gente ya busca alternativas. De hecho, Cáritas Diocesana de Tenerife, según reporta su coordinadora, en la zona, Melania Martín, recibe más peticiones de ayuda que al principio.