La Iglesia de Madrid reclama el cierre de los CIE
Son lugares donde el sufrimiento de los migrantes «permanece oculto y silenciado al resto de la sociedad», aseguran los convocantes de la concentración de este sábado frente al CIE de Aluche
La Iglesia en Madrid ha recordado este sábado que la acogida al migrante necesitado no se cumple de ninguna manera en los Centros de Internamientos de Extranjeros (CIE). Lo ha hecho a través de una sencilla concentración, una vigilia, en Aluche a la que se ha sumado el cardenal José Cobo. Representantes de distintas parroquias y realidades de la archidiócesis se han concentrado delante de uno de estos CIE con mayor actividad de España, el de Aluche.
Algunos recientes estudios denuncian que la existencia de estos lugares resulta incompatible con el Estado de Derecho y, por tanto, supone una vulneración de los derechos fundamentales de los internos, muchos de ellos, con suficiente arraigo en nuestro país como para que sus vidas, y las de los suyos, se vean completamente destrozadas.
Los organizadores de esta vigilia precisamente explican que estos internos son personas migrantes en situación administrativa irregular, pero que la mayor parte llevan años en nuestro país, trabajando, estudiando o impulsando una familia y que, por tanto, ya han echado raíces en España.
«Han sufrido una detención en su lugar de trabajo, en la calle o en otros contextos arbitrarios interrumpiendo su proyecto de vida», denuncian.
Con este acto, la Iglesia en Madrid, «desde su testimonio y desde el compromiso de la sociedad civil», alza la voz por ellos y contra la creciente hostilidad hacia las personas migrantes. Por eso, esta vigilia llevaba por título, Rompamos el silencio; un silencio «que oculta y encubre la realidad de la detención e internamiento de personas migrantes en nuestro país», señalan.
Esta realidad es que, cada año, unas 2.000 personas padecen la privación de la libertad en estos centros, a los que se suman las miles de detenciones en comisarias, aeropuertos y otros lugares. «Un sufrimiento que permanece oculto y silenciado al resto de la sociedad», subrayan los convocantes.
Este sufrimiento en los CIE se traduce en privación de libertad para menores, enfermos, personas con hijos menores a cargo, solicitantes de asilo y otras personas vulnerables que «se ven sometidas a un régimen de internamiento que no cumple las mínimas garantías». No tienen acceso suficiente a la justicia y defensa, comunicación con el exterior, todo ello en contextos, en ocasiones, cargados de tensión y violencia. Un informe de 2023 apuntaba que el 68 % de las mujeres que habían pasado por los CIE de Madrid habían sufrido una agresión.
Por ello, la Iglesia en Madrid pide el cierre de estos lugares y alternativas al internamiento que no pasen por la privación de libertad. Aseguran que se puede reinvertir el gasto empleado en estos centros, que definen como «carcelarios», para encontrar una gestión distinta del fenómeno migratorio que no vulnere los derechos humanos.
Sugieren como alternativa la fórmula que el Papa Francisco explicó durante una audiencia general que dedicó por entero a la cuestión migratoria: «No es mediante leyes más restrictivas, no es con la militarización de las fronteras, no es con las expulsiones como vamos a obtener este resultado. Lo obtendremos ampliando las vías de acceso seguras y regulares para los migrantes, facilitando el refugio para quien escapa de las guerras, las violencias, la persecución y las tragedias; lo obtendremos favoreciendo una gobernanza global de las migraciones fundada en la justicia, la fraternidad y la solidaridad».
El acto de este sábado se ha convocado en el marco de la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado que acaba de celebrar la Iglesia bajo el lema: Dios camina con su pueblo.