La Iglesia armenia agradece la acogida a sus fieles en España
Khajag Barsamian, representante armenio ante la Santa Sede, se reúne con el cardenal Cobo y denuncia ante Alfa y Omega la «limpieza étnica» contra los cristianos en la región de Nagorno Karabaj
No pudo saludar a José Cobo en Roma cuando lo crearon cardenal, así que el arzobispo Khajag Barsamian, representante de la Iglesia apostólica armenia ante la Santa Sede, viajó a Madrid la semana pasada para mantener un encuentro con el arzobispo de Madrid. «Quería darle la enhorabuena». También deseaba expresar su «gratitud» a la Iglesia católica en España, y «en especial al cardenal», por ayudarlos. Actualmente hay en nuestro país una comunidad de entre 35.000 y 40.000 armenios de esta confesión. Barsamian detalla a Alfa y Omega que los católicos españoles son «muy acogedores y generosos», prestándoles espacios de culto, tal y como ha sucedido en Málaga con una antigua iglesia, cedida por el Obispado «por un precio bajo» y que se ha «transformado en iglesia armenia». El arzobispo armenio dice estar agradecido por «líderes como el Papa y como el cardenal Cobo», gracias a los cuales «hay una gran posibilidad de que las Iglesias cristianas se acerquen cada día más y puedan realizar el deseo de Nuestro Señor Jesucristo de estar unidos».
La presencia de la Iglesia apostólica armenia en Madrid no es numerosa, si bien la relación con ella es «muy especial», en palabras de Aitor de la Morena, delegado de Ecumenismo de la archidiócesis de Madrid. «Es una Iglesia antiquísima, venerable y muy martirial», afirma. El encuentro con Barsamian se produce después de la histórica primera visita a España del patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé, hace un mes con motivo del 50 aniversario de la consagración de la catedral del Patriarcado ecuménico en Madrid y del 30 aniversario de la creación de la metrópolis de España y Portugal.
La estrecha relación entre ambas Iglesias se materializará el próximo abril en un acto ecuménico en la plaza de San Juan Pablo II de la catedral de la Almudena con la bendición de una jachkar, cruz tradicional armenia en piedra, muy habitual en los espacios públicos del país. La cruz —sin Crucificado porque el foco se pone en la Resurrección— fue un regalo del Patriarcado armenio en agosto de 2022. El acto de bendición será «un precioso signo de que somos uno», resume Barsamian.
La mayoría de los armenios que viven en España a los que se refiere Barsamian provienen del éxodo de Nagorno Karabaj, región de población armenia y cristiana dentro del territorio de Azerbaiyán, que vive desde hace años una «limpieza étnica», asevera el arzobispo oriental. Tras décadas de conflicto —y dos guerras abiertas, la última en 2020—, una última ofensiva de las tropas azeríes acabó con la rendición de las autoridades independentistas de Nagorno Karabaj y con la huida de decenas de miles de armenios. Recientemente, Barsamian se desplazó a un campo de refugiados en Armenia en el que sobreviven 30 familias. «Es muy triste cuando ves las caras de los niños; la situación es muy mala». También los están acogiendo en los templos de forma temporal hasta que construyan casas. Para sostenerlos, la Iglesia armenia está recaudando fondos en Europa. Como responsable de esta Iglesia en Europa Occidental, el arzobispo afirma que por el momento no se ha producido un éxodo masivo desde Nagorno Karabaj hacia otros países, aunque sí tiene constancia de que unas 10.000 personas han venido a Europa, fundamentalmente a Francia, algunos a Italia y otros a España. «He oído que algunos incluso fueron a Rusia».
Aparte de la situación de los cristianos, a las autoridades eclesiásticas les preocupa la situación de los templos. En este sentido, Barsamian comenta la cercanía del Papa Francisco, «que ha hecho varias declaraciones y durante el Sínodo me preguntó por la situación», pues Barsamian participó en esta cita como delegado fraterno. Incluso le pidió el teléfono de católicos en Nagorno y los llamó para apoyarlos y para pedirles, entre otras cosas, que preserven los lugares religiosos históricos de la región, algunos del siglo IV. Ya antes de la última ofensiva, comenta, el cardenal Parolin visitó Azerbaiyán y Armenia y trató de mediar para prevenir la destrucción. «Pero, como comentó después, la situación no fue muy esperanzadora». Durante el encuentro con el cardenal Cobo ambos hablaron de la posibilidad de acoger a sacerdotes armenios para que estudien en Madrid —ha habido algún precedente— y del Sínodo sobre la sinodalidad.