La historia detrás de la foto de la Misericordia…
La foto que encabeza este artículo ha encabezado todos los actos del pasado encuentro del Papa Francisco con los Misioneros de la Misericordia en Roma. El sacerdote protagonista es el madrileño Víctor Hernández
En la foto aparece un joven en silla de ruedas recibiendo el abrazo de un confesor. El sacerdote se llama Víctor Hernández y es uno de los Misioneros de la Misericordia que hay en la diócesis de Madrid. Y la foto tiene su historia…
La instantánea fue tomada durante el Jubileo de los Enfermos y Personas con Discapacidad que tuvo lugar en el Año de la Misericordia, hace ya dos años. «Era el momento de las confesiones –recuerda Víctor–. El chaval al que confesaba tiene una discapacidad profunda, y le costaba confesarse porque “no soy un angelito”, me decía. Fue una experiencia preciosa, porque se sintió perdonando y acogido en lo que es. Eso es la confesión. Al confesarte, es Cristo quien te abraza, es Cristo quien te perdona, es Cristo quien te acoge. Para un confesor, eso es algo que te sobrepasa por todos lados», dice Víctor, que también pertenece a la Hospitalidad de Lourdes en Madrid y es coordinador de la Comisión de Atención a las Personas con Capacidades Diferentes.
Víctor participó la semana pasada en el encuentro de Roma con el Santo Padre y le impactó «el interés que tiene el Papa por los Misioneros de la Misericordia. Se nota perfectamente cómo es un proyecto suyo muy querido. En lugar de la media hora prevista para nuestro encuentro estuvo más de una hora, y al final nos fue saludando uno por uno».
Durante estos días, pudo conocer historias como la del misionero que está en Albania, que es un redentorista español, o la del que está en Australia, que va recorriendo en su roulotte todo el país visitando comunidades que a lo mejor no ven un sacerdote en meses.
Las facultades de su misión no han cesado tras la conclusión del Año Santo, por expreso deseo del Papa, y Víctor confiesa que este período lo ha vivido «sobre todo viviendo yo mismo la misericordia. Me siento muy “misericordiado” por Dios, como dice el Papa. Cuido mucho el tema de la confesión y me pongo a disposición de quien lo necesite en encuentros, en las vigilias de jóvenes en la catedral de la Almudena, en la dirección espiritual de seminaristas y sacerdotes, dando charlas donde me llaman… Sobre todo, intento hacer presente la misericordia de Dios en el sacramento de la confesión, que no es un tribunal de tortura, como recuerda el Papa».
Para Víctor, uno de los frutos del Año Santo es precisamente «un redescubrimiento de este sacramento. Eso es algo que hemos comentado muchos misioneros en Roma estos días. Más que un empeño del Papa es un empeño de Dios, que quiere mostrar a todos el rostro misericordioso y maternal del perdón». En Madrid, ha podido percibir esta vuelta al sacramento «porque ha aumentado la participación y la profundidad de las confesiones».