La Guardia Civil detiene al presunto autor de los ataques contra los frailes de Gilet
El pueblo está conmocionado. Nunca habían visto nada así. Es un lugar «tranquilo», ha declarado el alcalde
La Guardia Civil ha detenido a un hombre de 46 años en relación al ataque contra los religiosos del convento de Santo Espíritu del Monte, ubicado en la localidad valenciana de Gilet, perpetrado en la mañana del pasado sábado, según han confirmado a Europa Press fuentes de la investigación.
El arrestado ha sido trasladado al cuartel de la Guardia Civil en Puçol después de haber sido detenido durante la madrugada, han detallado las mismas fuentes. Tras el ataque, la Benemérita había iniciado la búsqueda del presunto autor de los hechos.
Según explicó el pasado sábado la Benemérita a Europa Press, tras saltar la valla del monasterio, se produjo la agresión a siete de los religiosos que allí se encontraban, uno de los cuales se encuentra en estado crítico. Otras fuentes conocedoras apuntaron que el agresor había utilizado en el ataque un bastón, un báculo e, incluso, una botella de cristal para golpear a los frailes.
Desde el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) han explicado este domingo que uno de los frailes agredidos, un varón de 76 años, permanece ingresado en el Hospital Clínico con pronóstico reservado; otro religioso, de 95 años, ha sido trasladado del hospital de Sagunt al Clínico, donde permanece ingresado; uno de 66 años está ingresado en el hospital de Sagunt; y un cuarto fraile de 57 años recibió el alta.
«Calma y tranquilidad»
Por su parte, el Ayuntamiento de Gilet, vía redes sociales, ha confirmado este domingo la detención del presunto agresor a los religiosos de Santo Espíritu y ha agradecido a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado su «enorme trabajo».
Sobre el presunto autor de los hechos, un hombre de 46 años que ha sido detenido durante la madrugada por la Guardia Civil, el alcalde ha asegurado que en el pueblo no saben «nada» de él: «Todo el mundo se ha sorprendido porque no era conocido ni en la casa ni por parte de la gente».
El responsable municipal ha expuesto que en el Monasterio de Santo Espíritu «nunca habían visto» una situación así porque es «un sitio de espiritualidad, un lugar «tranquilo» en el que «solo viven siete padres franciscanos» y al que puntualmente acude «gente a preparar oposiciones y a ejercicios espirituales».
«Es una cosa impensable, aquí siempre tiene las puestas abiertas todo el mundo. Además, la obra que hace esta gente —los religiosos— está totalmente volcada con los más necesitados. Por tanto, es una cosa que nos ha pillado a todos con el pie cambiado», ha reconocido.
El propio alcalde se ha desplazado este sábado y domingo al monasterio para interesarse por la situación de los frailes: «Tengo una relación muy directa con ellos y el pueblo también».