La gente sola estará en algún sitio, seguramente cerca - Alfa y Omega

La gente sola estará en algún sitio, seguramente cerca

Si un 20 % de los españoles están solos y nosotros conocemos a cinco personas, probablemente ya se nos ocurra alguien

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Podemos hacer las cuentas. Si la soledad no deseada afecta al 20 % de la población y usted conoce al menos a cinco personas, ya ha dado con uno. Es cierto que la letra pequeña dice que este fenómeno se concentra especialmente en ancianos, migrantes sin lazos y jóvenes abducidos por el trabajo, por lo que no se distribuye exactamente así. Pero entonces la cuenta puede ser aún más fácil. Si conoce a un anciano, a un migrante recién llegado a nuestro país y a un joven precario, enhorabuena, ya ha dado con tres personas a las que los domingos la casa se les cae encima. Y a veces también el lunes.

Dará con ellos en contextos específicos porque, aunque estén solos, a algún lugar irán en algún momento. Quizá estén en su trabajo, en su parroquia, en su club de calceta o incluso en la cena de Nochebuena de dentro de dos semanas. Porque nadie le juzga, pero a lo mejor alguien de su entorno familiar más cercano sufra una soledad lacerante y usted le ve tres días al año. Por suerte, aún estamos a tiempo de todo. Estamos a tiempo de echarle el lazo y que no le suceda como a Antonio, cuyo cadáver tardó 15 años en ser descubierto tras fallecer en Valencia. Y como la pensión que le llegaba cada mes cubría las facturas que automáticamente se le cobraban, ni la Administración ni su proveedor eléctrico le echaron en falta.

Al igual que en renta per cápita o en precio del alquiler, aquí Madrid también lidera. Entre las causas: la vida acelerada, la movilidad constante y el anonimato urbano. Lo que señala necesariamente tres remedios: bajar una marcha, echar raíces y hablar con el tendero. Matilde Fernández, presidenta del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada, resume la receta: «Tenemos que dejar de parcelarnos». No es que el hoyo sea hondo, es que lo seguimos agrandando. Empecemos por ahí. Quedan dos semanas para, muy posiblemente, la única cita anual con alguien de nuestro entorno. Si nos organizamos, este 2025 nos da tiempo a otras 20.