«Nos decían que les costaba encontrar adornos cristianos para Navidad»
Alabamos y The Fishermen son dos proyectos empresariales y evangelizadores al mismo tiempo puestos en marcha por jóvenes católicos. «Nos mueve el interés por llevar a Cristo al mundo y lo hacemos plasmando su mensaje en las cosas más cotidianas»
Están los círculos viciosos y los círculos virtuosos. En el caso de la empresa Alabamos –si es que se puede considerar como empresa a un proyecto que, ante todo, busca meter a Dios en nuestras casas de la forma más sutil– se trata de esta segunda opción. «Nosotros diseñamos los productos evangelizadores, alguien los compra y los beneficios los donamos a la Iglesia. Es un círculo virtuoso también basado en la oración porque nosotros rezamos por cada uno de nuestros compradores y ellos pueden rezar con nuestro producto y la Iglesia también reza por todos», explica Carlos Pastor, uno de los responsables del proyecto.
Alabamos surgió tras dos experiencias que transcurrieron en paralelo. «Por un lado, diseñamos un círculo de madera con una sagrada familia y a la gente le encantó». Por otro, «mucha gente nos decía que le costaba encontrar adornos cristianos para Navidad. Todo eran renos, muñecos de nieve y cosas parecidas». Ante ambas realidades, Pastor y Patricia Madrazo, la otra mitad de Alabamos –aunque hoy son un equipo de hasta cinco jóvenes–, se lanzaron a cubrir este hueco.
De esta forma, en su web se pueden adquirir principalmente diferentes adornos navideños. «Ahora, por ejemplo, estamos promocionando un círculo decorativo sobre los Reyes Magos. Está diseñado por @pati.te y tiene la inscripción: “Cayendo de rodillas lo adoraron”». Además, pronto tendrán disponible otro artículo: un libro de la comunión. «Con todo lo que diseñamos, tratamos de volver a la esencia. En este caso, queremos volver a lo importante de la comunión, que es Cristo».
Además, «hemos lanzado un concurso de trípticos. Hay que dibujar un tríptico o pintar el que hizo @pati.te, que se puede descargar en nuestra web. La idea es ponerse en la piel del pastor que va a alabar a Dios. Estará abierto hasta el 10 de enero», concluye Carlos Pastor.
Los pescadores
En el caso de The Fisfhermen, detrás del proyecto hay un matrimonio de conversos. Son Lola y Diego, que se conocieron estudiando Teología, una vez que ambos habían vuelto a la fe. Tras su luna de miel decidieron abrir esta tienda online.
«En aquel momento me pidieron que me encargara del diseño y la producción de merchandising de la asociación en la que trabajaba y entonces empecé a sentir una inspiración que estaba por encima de mí», explica Lola. Tras esta experiencia, se empezó a preparar de forma autodidacta en el ámbito del diseño y «preparé algunas cosas para regalar en la parroquia». Pero entonces llegó la primera venta «y el proyecto comenzó a tomar forma». Era el año 2014. «Abrimos una web, pusimos nombre a la iniciativa…».
En la actualidad, en la web hay todo tipo de productos, desde chapas hasta delantales. «Se trata de vestir nuestra vida de fe. Nos mueve el interés por llevar a Cristo al mundo, y lo hacemos plasmando su mensaje en las cosas más cotidianas», asegura Diego. «Ganamos nuestro sustento, por supuesto, pero el objetivo principal es la evangelización. De hecho, nuestro Instagram lo tenemos repleto de mensajes de fe», añade.
Cierre de la cuenta de Instagram
Aunque al hablar del instagram de The Fishermen, por momentos se ha tenido que hacer en pasado. El motivo: les cerraron la cuenta al menos dos veces. «Alguien nos denunció y el cierre coincidió con la noche de Halloween». Tras los alegatos, la red social «nos abrió la cuenta precisamente la fiesta de Cristo Rey», subraya Lola. «Nos vino bien», añade Diego. «Tener tantos seguidores en una red que funciona tan bien, te da cierta seguridad. Y encontrarte de un día para otro con que eso ya no lo tienes, te hace volver a Dios. Cuando estábamos desnudos desde el punto de vista de las redes sociales, la gente se volcó con nosotros. Lo vivimos como un recordatorio del Señor para que recordáramos que Él es el centro».