«La fe se expresa siempre en el servicio» - Alfa y Omega

«La fe se expresa siempre en el servicio»

Francisco ha dedicado la catequesis a santa Catalina Tekakwitha y ha animado a «realizar acciones ordinarias de modo extraordinario. Y así crecer cada día en la fe y en la caridad»

José Calderero de Aldecoa
El Papa durante la audiencia. Foto: CNS.

El Papa no abandona América durante las catequesis de la audiencia general y continúa poniendo de ejemplo a santos de aquella región del mundo de la que él mismo procede. El miércoles pasado, 23 de agosto, Francisco presentaba a san Juan Diego como modelo para la evangelización. Una semana después, este miércoles 30 de agosto, ha hecho lo propio con santa Catalina Tekakwitha, que fue la primera mujer nativa de Norteamérica canonizada.

La suya es una fe que nació, «como la de muchos de nosotros», ha confesado el Pontífice, en el ámbito familiar. «La evangelización, a menudo, comienza así», con los padres «que ayudan a sus hijos a aprender a hablar con Dios en la oración» y le presentan su amor grande y misericordioso. Tekakwitha, sin embargo, pronto se quedó sin este ejemplo, pues una grave epidemia de viruela acabó con la vida de sus padres y de su hermana. Ella mismo se quedó con cicatrices en su rostro y con problemas de visión.

De este modo, Catalina se tuvo que enfrentar sola a las incomprensiones, las persecuciones e incluso las amenazas de muerte que sufrió tras su bautismo el Domingo de Pascua de 1676. «Todo esto hizo que Catalina sintiera un gran amor por la cruz, signo definitivo del amor de Cristo que se entregó hasta el final por nosotros», ha explicado el Santo Padre al mismo tiempo que ha pedido emular a la santa: «El testimonio del Evangelio no consiste solo en lo que es agradable, también tenemos que saber llevar nuestras cruces con paciencia, con confianza y esperanza».

Según el Papa, «la paciencia —que es tolerar a los demás que a veces te ponen en dificultades— es una gran virtud cristiana». Tanto que «quien no tiene paciencia no es un buen cristiano», ha señalado. Junto con la paciencia, Francisco ha ensalzado algunas sencillas prácticas de piedad que santa Catalina Tekakwitha desarrolló a diario: «Asistía a Misa todas las mañanas, dedicaba tiempo a la adoración ante el Santísimo Sacramento, rezaba el rosario y llevaba una vida de penitencia».

Asimismo, la joven enseñaba a los niños a rezar, cumplía con fidelidad sus responsabilidades, cuidaba de los enfermos y los ancianos, «ofreciendo un ejemplo de servicio humilde y amoroso, a Dios y al prójimo». Un testimonio que no pasó desapercibido para sus congéneres, que «reconocían en Catalina una santidad que atraía porque nacía de su profundo amor a Dios». El Señor «nos llama por atracción», ha destacado Bergoglio. Y ha añadido: «Siempre la fe se expresa en el servicio. La fe no es para maquillarse a si mismo, es para servir».

Por último, el Pontífice ha recordado que «cada cristiano está llamado a comprometerse diariamente con la vocación y la misión que Dios le ha confiado», que de forma habitual consiste en «realizar acciones ordinarias de modo extraordinario y así crecer cada día en la fe y en la caridad».