La escuela debe ser un escudo para los jóvenes frente al suicidio
Escucha, interés por su vida, referentes; en resumen, acompañamiento. No protegerá siempre pero será un apoyo
El dato es estremecedor: más de una de cada seis peticiones de ayuda de niños y adolescentes a la Fundación ANAR tiene que ver con ideaciones suicidas. En una década, estas conductas se han multiplicado casi por 35 y las autolesiones casi por 46. Los expertos, alertando frente a la tentación de buscar un solo culpable, apuntan a realidades como la influencia de las redes sociales y las series frente al debilitamiento de pilares como la familia y la escuela. Este último entorno resulta significativo ya que para bastantes muchachos el detonante final para acabar con todo es el acoso que sufren en aulas, patios y en esa etérea «a la salida». Es de sobra conocido que, en demasiados casos, la actuación de los centros para atajar las agresiones no llega o lo hace tarde y mal. Un cuarto de millón de firmas piden una ley que ponga negro sobre blanco lo que están obligados a hacer en estos casos.
Pero, además, la escuela debería ser un refugio frente a las conductas autolesivas que beben de problemas en otros ámbitos de la vida de los chicos. Con este objetivo, el recientemente aprobado Plan de acción para la prevención del suicidio incluye que los colegios sean lugares donde se promueva la salud, el desarrollo integral y el bienestar de los niños. Como siempre, el riesgo de estas formulaciones es quedarse en papel mojado por falta de voluntad, de contenido concreto o de capacidad para imponerlo desde arriba. ¿Qué pasos debe dar un equipo directivo para que un chaval tenga bienestar en la escuela? Se puede hablar de muchas cosas: generar espacios y ocasiones de escucha, interesarse por lo que pasa en su vida, mirar más allá de lo curricular para ofrecerle otras referencias y otros referentes —personas en las que mirarse—. En una palabra, acompañamiento. Ninguna de estas aportaciones será la panacea ni protegerá en todos los casos; pero al menos ofrecerá un escudo a nuestros jóvenes frente a una sombra que cada vez se cierne más sobre ellos.