La escuela católica se vuelca con los alumnos más vulnerables - Alfa y Omega

La escuela católica se vuelca con los alumnos más vulnerables

Los centros educativos están prestando sus propios ordenadores y consiguiendo tarjetas SIM con datos para los estudiantes que no disponen de los medios mínimos tecnológicos; adaptan los horarios para aquellos que tengan conectividad y dispositivos limitados; y ayudan con becas para hacer la compra a las familias con dificultades económicas graves

Fran Otero
Foto: EFE / David Arquimbau Sintes.

La escuela católica está volcada en estos momentos con las familias que han depositado en ella su confianza para la formación de sus hijos. Y lo están haciendo con todos los alumnos, pero especialmente con aquellos que se encuentran en una situación más vulnerables: los que están afectados por la brecha digital, por dificultades económicas o pertenecen a minorías étnicas o migrantes o tienen necesidades educativas especiales.

Escuelas Católicas, que integra la mayor parte de los centros de titularidad católica, señala en un comunicado que «va a seguir trabajando, como lo hace desde que comenzó esta situación, para que cada alumno aproveche al máximo las nuevas oportunidades de aprendizaje en este periodo convulso». Y añade: «De esta forma, los colegios de Escuelas Católicas han redoblado su compromiso y han adoptado una serie de medidas complementarias, dirigidas especialmente a los alumnos en situación de vulnerabilidad».

En este sentido, la patronal de centros católicos ha realizado un informe de la situación con datos de 338 centros, que representan a más de 240.000 alumnos. Un estudio que sigue abierto y que refleja el seguimiento que los centros están haciendo a los alumnos, analizando sus dificultades y buscando soluciones. Esto, continúa la nota, «está permitiendo continuar el proceso de enseñanza-aprendizaje con cierta normalidad, realizar la evaluación del mismo, y prestar un acompañamiento pastoral y emocional tanto al alumno como a las familias».

Este trabajo está permitiendo identificar a los alumnos que no disponen de medios tecnológicos o la conectividad adecuada, una situación que los colegios están paliando con el préstamo de sus propios ordenadores y dispositivos y de otros que se han obtenido en colaboración con autoridades locales, editoriales o empresas tecnológicas. Además, están recabando tarjetas SIM con datos y subvenciones para internet facilitadas por algunas ONG y comunidades autónomas.

Para los alumnos que cuentan con estos bienes pero de manera limitada, desde los centros se adaptan los horarios para que los encuentro virtuales se produzcan cuando el dispositivo no se utilice por los demás miembros de la familia.

Del mismo modo, se trabaja para ofrecer una atención especial, en colaboración con los servicios sociales, a alumnos de minorías étnicas o migrantes con desfase curricular o desconocimiento del idioma.

Y también con los alumnos con necesidades educativas especiales y con sus familias; de hecho, se les ofrece acompañamiento con recursos adaptados, sesiones online y llamadas telefónicas que realiza una personas de referencia. Con ejemplo, a los alumnos con deficiencias visuales y auditivas se ofrecen actividades de audio y mensajes escritos respectivamente; mientras que para los que tienen problemas lingüísticos se organizan videollamadas con logopedas.

Además de la atención educativa, en algunos centros se está atendiendo a las familias con dificultades económicas producto de la actual pandemia. Así, se está becando a familias para hacer la compra, destinando ayudas de comedor a la realización de repartos de comida o colaborando con servicios sociales u ONG.

Atención a los maestros

Para apoyar la labor de los maestros, Escuelas Católicas ha abierto un nuevo apartado en su página web #MaestrosDesdeCasa en el que se ofrecen recursos para ayudarles en su trabajo en estos momentos. Asimismo, ofrece formación online y recursos gratuitos sobre evaluación, acompañamiento, entornos virtuales, asesoramiento jurídico y pastoral…