La diócesis de Salamanca informa de la denuncia de un sacerdote contra otro por abusos sexuales
El presbítero denunciado ha recibido y firmado una notificación del Dicasterio para la Doctrina de la Fe en la que se le informa de su expulsión del estado clerical
La diócesis de Salamanca ha informado en un comunicado de la existencia en la actualidad de un proceso canónico abierto contra un sacerdote que fue denunciado por abusos sexuales por parte de otro presbítero, que sufrió la vejación siendo menor.
De esta forma, la diócesis ha salido al paso de la información publicada este viernes por La Gaceta de Salamanca en la que se informaba de que el sacerdote Policarpo Díaz denunció a otro cura por abusos sexuales cuando era menor de edad.
De acuerdo con esta información, Díaz entró en el seminario de Calatrava con unos once años y sería en este ámbito donde se habrían producido los hechos, cuya denuncia se está tramitando por la vía canónica. El citado medio también ha indicado que el sacerdote demandado tendría 20 años más que la supuesta víctima.
Una vez conocidos los hechos, el obispo de Salamanca, José Luis Retana, tomó la decisión de apartar al denunciado de todas sus tareas pastorales y del contacto con menores. Asimismo, Retana puso en marcha el protocolo establecido por la Santa Sede y la Conferencia Episcopal Española para estos casos, escuchando al denunciante, e inició una investigación previa, que fue realizada por un equipo técnico ajeno a la diócesis.
El informe final de esta investigación fue remitido al Dicasterio para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede, y en la actualidad, el proceso continúa abierto a la espera de una resolución. Hasta el momento, según ha informado Europa Press, el presbítero denunciado ha recibido y firmado una notificación del dicasterio vaticano en el que se le informa de su dimisión del estado clerical.
«Toda la ayuda necesaria»
Respecto de la víctima, la diócesis ha remarcado que en todo momento el obispo se puso a disposición del denunciante, ofreciendo «toda la ayuda necesaria», y a petición suya decidió irse un año fuera de la diócesis, una situación que ha sido prorrogada por un tiempo.
La diócesis también ha manifestado su «compromiso» para «esclarecer la verdad, proteger a las posibles víctimas, y poner todos los medios para evitar que estos hechos se puedan producir». Además, ha lamentado el sufrimiento y el daño que esta situación está provocando a las personas afectadas, a sus familias y comunidades.