La diócesis de Madrid reorganiza su Curia - Alfa y Omega

La diócesis de Madrid reorganiza su Curia

Concluye la reforma de la Curia diocesana de Madrid, en la que «lo más importante no son los organismos, sino las personas», y no está orientada «solo a los católicos, sino a todos los hombres», explica el obispo auxiliar Jesús Vidal

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
El cardenal Osoro y sus obispos auxiliares en febrero del año pasado, durante la ceremonia de ordenación de Jesús Vidal, Santos Montoya y José Cobo
El cardenal Osoro y sus obispos auxiliares en febrero del año pasado, durante la ceremonia de ordenación de Jesús Vidal, Santos Montoya y José Cobo. Foto: Archimadrid / Ignacio Arregui.

Un año después del nombramiento de los tres nuevos obispos auxiliares, tras la conclusión de los tres años del Plan Diocesano de Evangelización, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha reorganizado la Curia diocesana con el fin de reforzar dos elementos: la comunión y coordinación entre los diferentes organismos, y la evangelización al servicio de los más alejados.

La reforma introduce como novedad la creación de dos grandes áreas de trabajo: la Pastoral para la Santidad –que comprende la Delegación para las Causas de los Santos y otras áreas como la Piedad Popular y las Peregrinaciones– y la Comisión de Evangelización, que abarca las delegaciones de Liturgia, Jóvenes, Catequesis, Enseñanza y Cultura, Laicos, Familia y Vida, Misiones, y Ecumenismo y Diálogo Interreligioso.

Asimismo, junto a las ya tradicionales vicarías territoriales hay otras cuatro vicarías: dos que atienden a la Vida Consagrada y al Clero, y otras dos que se ocupan de la atención y el servicio: la Vicaría para el Cuidado de la Vida –que engloba a la Delegación de la Salud y a la Delegación de Exequias– y la Vicaría para el Desarrollo Humano Integral y la Innovación, de la que dependen la Delegación de Pastorales Específicas (con los secretariados de las pastorales Penitenciaria, del Trabajo, Gitana y del Tráfico), la Delegación de Movilidad Humana, que se ocupa de las Migraciones, y Cáritas, además de la Mesa de la Comunión y diversas comisiones diocesanas: Discapacidad, Menores, Trata, Violencia contra la Mujer y Ecología Integral.

«El criterio principal que se ha perseguido con esta reforma ha sido buscar una mayor coordinación entre todas la áreas pastorales de la diócesis», además de la «entrada de laicos y miembros de la vida consagrada» en la Curia madrileña, señala el obispo auxiliar Jesús Vidal. Por eso las hasta ahora 22 delegaciones se han reducido a 14, y algunas se han colocado como secretariados dentro de una delegación más amplia. Es el caso de la Delegación de Jóvenes, de la que dependen los secretariados de Infancia y Juventud, de Pastoral Universitaria y Jóvenes Adultos, y Pastoral Vocacional; o la propia Delegación de Laicos, Familia y Vida, que estará a cargo del matrimonio de José Barceló y María Bazal.

Aunque todos los obispos forman equipo con el cardenal Osoro, cada uno estará pendiente de algún área: Martínez Camino se encargará de la Pastoral para la Santidad, José Cobo se implicará en las diferentes pastorales de evangelización, social y educativa, Santos Montoya atenderá el cuidado de los sacerdotes y Jesús Vidal se ocupará del área de la administración de bienes; además, todo ellos continuarán con las visitas pastorales habituales por parroquias y arciprestazgos que llevan realizando ya desde hace varios meses.

El nuevo organigrama contempla asimismo la creación de una nueva Oficina de Transparencia para potenciar el área económica y jurídica de la diócesis, «en línea con las recomendaciones de la Conferencia Episcopal y los signos de los tiempos, para mostrar a todos los que colaboran con la Iglesia el cuidado por los recursos que comparten con nosotros, y que se manifieste que están al servicio de la evangelización y de la atención de los más pobres», continúa.

Con todo ello, la Curia persigue su cometido principal, el de «ayudar al obispo en su misión de atender al pueblo de Dios y de hacerle llegar de distintas formas el rostro de Jesucristo. Una de ellas es el gobierno de la diócesis, y por eso la Curia tiene una misión fundamental de servicio a los fieles para que la Iglesia funcione como un cuerpo, según los dones y carismas».

Por eso, esta reforma tiene puesto un doble acento: la evangelización y la comunión, porque «el Papa está subrayando mucho que el camino de la Iglesia es la sinodalidad. En este organigrama lo más importante no son los organismos, sino las personas, teniendo en cuenta que caminamos en comunión para hacer presente a Dios y ayudar a su pueblo que camina en este mundo. Y no está orientada solo a los católicos, sino a todos los hombres, según la misión fundamental de la Iglesia», concluye Vidal.

El organigrama se puede consultar en archimadrid.es, donde también está disponible la guía diocesana completa.