La devoción a la Mare de Déu traspasa fronteras
Hay santuarios dedicados a la Virgen de los Desamparados en India, Filipinas o Malí. En Costa Rica le pusieron el nombre de esta advocación a la localidad donde se encuentra el templo
La basílica de Nuestra Señora de los Desamparados enfila ya la recta final del año jubilar con motivo del centenario de la coronación de la Virgen (1923-2023), que ha generado una «enorme expectación» en la sociedad valenciana. «Estamos constatando algo que ya sabíamos, que hay muchísima devoción a la Mare de Déu», asegura Juan Melchor Seguí, rector del templo. Como ejemplo, habla de la peregrinación de todo tipo de grupos y fieles a la basílica, de los más de 100.000 valencianos que pasaron por la ofrenda floral durante las fallas y del apoyo que están recibiendo de todas las autoridades —autonómicas, provinciales y locales— independientemente el color político.
El último de los actos convocados hasta ahora con motivo del centenario habla incluso de la devoción internacional que se le tiene a esta advocación. Se trata de la Gran Semana de las Naciones, organizada por la basílica, en colaboración con el cuerpo consular acreditado en Valencia, que tuvo lugar entre el 21 y el 26 de marzo. Cada día se celebró una Misa dedicada a un continente distinto y oficiada por un sacerdote de esa zona. La semana se cerró el domingo, en la plaza de la Virgen, que acogió un festival de danzas típicas. «Hemos querido escenificar la visión universal de la Virgen de los Desamparados, cuya devoción está extendida por todo el mundo», subraya Seguí.
Gracias en buena medida a órdenes religiosas como las Hermanitas de los Ancianos Desamparados y a los misioneros valencianos que a lo largo de los siglos han llevado la Buena Noticia a los cinco continentes, en la actualidad existen santuarios dedicados a la Virgen de los Desamparados en lugares tan remotos como la India, Filipinas o Malí. El más grande se encuentra en Costa Rica, donde se le tiene tanta devoción que las autoridades incluso cambiaron el nombre oficial de la localidad donde se encontraba. «Originalmente era una villa y se llamaba Dos Cercas», detalla Andrés Cordero, responsable de Comunicación de la parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados. Todo cambió cuando, en 1821, se erigió allí una ermita dedicada a la Geperudeta, como también se conoce a esta advocación. «Todos venían a rezar ante ella. Se la quería mucho y la devoción empezó a crecer al mismo ritmo que la población», resume Cordero. Finalmente, las autoridades civiles y eclesiásticas decidieron modificar la denominación de la localidad, que en la actualidad tiene 37.000 habitantes y responde al nombre de Desamparados.
Junto con la devoción universal, la basílica también ha buscado en este año especial ahondar en la dimensión social. Precisamente, el origen del culto a la talla se sitúa en el siglo XV, cuando el padre Jofré defendió a una persona con problemas mentales que estaba recibiendo una paliza. De esta forma, para celebrar aquel 12 de mayo de 1923 —cuando fue coronada la Virgen en presencia del rey Alfonso XIII y su esposa—, «desde la basílica queremos entregarle a nuestra Madre una corona de más calidad que la de piedras preciosas que recibió hace 100 años y estamos componiendo una corona de caridad», afirma el rector de la Basílica.
El templo está recogiendo donativos para destinarlos a los distintos proyectos sociales con los que colabora, como una casa de acogida para personas con problemas de salud mental o Provida Valencia. «En el acto del centenario coronaremos a la Virgen con esta ofrenda», concluye Seguí.