La decisión del TC sobre el aborto: «Un juego de trampas asombroso»

Finalmente, tras 13 años, el Tribunal Constitucional ha validado la ley del aborto de 2010. Han bastado apenas seis semanas —desde que el bloque progresista alcanzase la mayoría en el pleno— para desestimar el recurso de inconstitucionalidad contra la ley que presentó el PP al poco de su aprobación. «Es un caso escandaloso. Lleva 13 años parado y han tardado 30 segundos en ventilarlo», declaran expertos juristas en la materia consultados por Alfa y Omega. «Ha habido muchas prisas por desestimar el recurso, y lo más grave es que a la mayoría progresista le quedan al menos nueve años más» en el TC. La preocupación aumenta al considerar que en las próximas semanas debatirá sobre los recursos a la ley de eutanasia y a la LOMLOE, ambos proyectos legislativos del Gobierno de Pedro Sánchez, al igual que la reforma de el aborto, actualmente en tramitación parlamentaria. De hecho, el apoyo del Constitucional a la ley Aído supone un aval para la próxima ley, pues «prácticamente consagra el derecho al aborto, un derecho nuevo y que antes no existía. Es un cambio sustancial en la jurisprudencia», señalan las mismas fuentes.

Para el profesor de Derecho Constitucional Daniel Berzosa, «los derechos de las personas no emanan de ningún parlamento ni de ningún tribunal, sino que los tenemos por naturaleza». Por eso, lo que se ha producido es «un cambio radical» en el que «el Parlamento establece e impone derechos fundamentales».

Con la legislación anterior, basada en la despenalización de supuestos, «al menos se reconocía que había una vida que se eliminaba». «Ahora no —abunda Berzosa—. El aborto se ha hecho libre en la práctica para las primeras 14 semanas. Es un salto radical».

En el proceso que ha seguido estos años el Tribunal Constitucional han confluido distintos elementos que han decantado la declaración final. Para Andrés Ollero, ponente en el TC de la sentencia contra el aborto desde 2012 hasta 2021, es «asombroso» que no se haya permitido abstenerse a los cuatro miembros que han declarado que su participación en la sentencia está comprometida por haber emitido con anterioridad declaraciones públicas sobre el aborto, «sobre todo cuando antes ha habido otros casos en los que los magistrados han querido abstenerse y nadie se lo ha impedido».

Pero para comprender mejor lo que ha pasado con este recurso hay echar la vista atrás. Mientras la ponencia de Ollero dormía en el TC, en el Parlamento se jugaba otro partido: Mariano Rajoy ganó las elecciones en el año 2011 y al año siguiente su ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, anunció otra norma mucho menos permisiva. Finalmente, el Gobierno del PP se echó atrás y Ruiz-Gallardón acabó dimitiendo. ¿Qué pasaba en el TC para que no saliera la sentencia sobre la ley Aído? En estos años «ha habido magistrados que no han querido pronunciarse y los cuatro presidentes que ha tenido siempre han dicho que no era el momento de llevar la ponencia al pleno», responde Andrés Ollero, para quien «no ha habido mayoría ni siquiera en el llamado bloque conservador». «Da igual lo que yo quisiera o no —añade—. El que no se ha querido mojar, no se ha mojado».

Otro elemento sorprendente para Ollero es que en los últimos días «se ha dado a conocer el fallo de la sentencia, pero no la sentencia en sí, para la cual hacen falta argumentos que desconocemos actualmente». ¿Por qué? «Porque se está discutiendo en el Senado la nueva ley del aborto y quieren que en el debate parlamentario aparezca de alguna manera el fallo del tribunal», señala. De algún modo, todo lo que sucedido en las últimas semanas «es un juego de trampas continuo y asombroso», con letrados «muy acelerados», lamenta.

Y mientras la ley sobre la que se acaba de pronunciar el TC ha sido considerada por el actual líder del PP, Alberto Núñez Feijóo​, como «correcta y bien construida», los obispos españoles la han vuelto a lamentar. En una nota emitida la semana pasada por la Subcomisión para la Familia y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española (CEE), defienden que esta decisión «permitirá entender el aborto como un derecho, declarando constitucional que haya seres humanos que no tienen derechos y avalando de este modo una ley ideológica, anticientífica y que promueve la desigualdad». «Terminarán pidiendo perdón por esta barbaridad», dijo el presidente de la citada subcomisión y obispo de Canarias, José Mazuelos.

Cronología de un fracaso

2010

• Entra en vigor la ley Aído, que establece un sistema de plazos con aborto libre las primeras 14 semanas.
• El Partido Popular interpone un recurso ante el Tribunal Constitucional contra varios artículos de la ley.

2012

• Después de que el PP ganara las elecciones, el ministro Ruiz Gallardón anuncia la reforma de la ley.

2014

• El Gobierno de Rajoy retira su proyecto de reforma y Ruiz Gallardón presenta su dimisión.

2023

• Después de alcanzar la mayoría progresista, el Tribunal Constitucional desestima el recurso del año 2010.