La Corte Suprema de Ucrania rechaza congelar las cuentas de la Iglesia ortodoxa ucraniana

La Corte Suprema de Ucrania rechazó este martes una petición del Gobierno para congelar las cuentas de la metrópolis (diócesis) de Kiev de la Iglesia ortodoxa ucraniana. Esta decisión se produce en el contexto del juicio sobre la pretensión del Gobierno de disolver esta metrópolis y confiscar todos sus bienes por sus supuestos vínculos con el Patriarcado de Moscú.

El 29 de agosto, el Servicio Estatal de Ucrania para la Etnopolítica y la Libertad de Conciencia (DESS por sus siglas en ucraniano) presentó ante la Sexta Corta Administrativa de Apelación (que aquí funciona como de primera instancia) una demanda para disolver la metrópolis de Kiev de la Iglesia ortodoxa ucraniana. Se basaban en su propio informe, publicado a comienzos de julio, en el que aseguraban que esta circunscripción eclesiástica mostraba signos de afiliación a la Iglesia ortodoxa rusa. Esto implicaba que bajo la polémica ley 3894 del país podía ser disuelta, lo que implicaría la confiscación de sus bienes.

El 9 de octubre, el DESS presentó una solicitud aparte ante la Sexta Corte Administrativa de Apelación. Pedía congelar las cuentas de la metrópolis de Kiev para evitar que pudiera desviar sus fondos antes de que llegara la decisión final sobre su prohibición y la confiscación de sus bienes. 

En menos de dos semanas, el 22 del mismo mes, la corte de apelación denegó esta petición. Ante esta negativa, la agencia gubernamental recurrió el 4 de noviembre la Corte Administrativa de Casación, que forma parte de la Corte Suprema de Ucrania. 

«Falta de base»

El 16 de diciembre se celebró la audiencia y se tomó una decisión. El abogado de la metrópolis, Nikita Chekman, informó en su cuenta de Telegram de que «la Corte Suprema acaba de rechazar el recurso del DESS contra la decisión judicial que rechaza imponer freno a las propiedades y cuentas de la metrópolis de Kiev». En su opinión, «esta decisión confirma la falta de base de los intentos de funcionarios individuales de aplicar medidas restrictivas infundadas contra una organización religiosa». 

Del mismo modo, el abogado canadiense Peter Anderson, experto en el mundo ortodoxo y que está siguiendo este caso en profundidad, ha expresado que la negativa de la Corte Suprema a congelar las cuentas es «significativo». «Es un signo de que ni la Corte Administrativa de Casación de la Corte Suprema ni la Sexta Corte Administrativa de Apelación están actuando como meros peones del Gobierno ucraniano».

Desbloqueo al juicio

Por otro lado, Anderson recuerda que esta decisión desbloquea el juicio sobre la denuncia principal. Este se tenía que haber celebrado el 11 de diciembre, pero se había pospuesto sin fecha, había informado Chekman, el abogado de la diócesis. Explicó que el material del caso se había enviado a la Corte Suprema para la decisión en el caso de la congelación de las cuentas. «Sin los materiales, la corte no puede seguir adelante». 

Así, es de prever que una vez decidida esa faceta del caso, la Corte Suprema devuelva la documentación y la Sexta Corte Administrativa de Apelación decida una nueva fecha para el juicio sobre la demanda principal. En él, se escucharán los argumentos sobre la pretensión de eliminar la metrópolis de Kiev.

El caso está avanzando bastante más despacio de lo que se pronosticó en un primer momento. En teoría, tras la presentación de la demanda de finales de agosto la disolución de la metrópolis de Kiev tendría que haberse decidido en un plazo máximo de dos meses.

El juicio contra la Iglesia ortodoxa ucraniana ha suscitado una división de opiniones en la Iglesia católica. El arzobispo mayor grecocatólico de Kiev, Sviatoslav Shevchuk, se mostró en su día partidario de su prohibición. Sin embargo, en verano de 2024 el Papa Francisco salió en defensa de la libertad religiosa de sus fieles.