La Conferencia Episcopal Española pide fijarse en la vida contemplativa de la mano de «los que rezan»
Con motivo de la Jornada Pro Orantibus que se celebrará el domingo 26 de mayo, invita a «recordar con gratitud en nuestra oración» a monjes y monjas
La celebración litúrgica de la solemnidad de la Santísima Trinidad, que tendrá lugar el domingo 26 de mayo, «nos ofrece la ocasión de recordar con gratitud en nuestra oración a aquellos que se han consagrado enteramente a vivir a la luz del misterio eterno», ha invitado la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Española en un mensaje publicado en la mañana de este lunes 20 de mayo.
Bajo el lema Contemplando tu rostro, aprendemos a decir: “¡Hágase tu voluntad!”, durante la Santísima Trinidad se celebrará la Jornada Pro Orantibus, centrada en la oración y el apoyo a la vida consagrada contemplativa. «Ellos son los que rezan», reivindica la CEE. Ha preparado para la ocasión diferentes materiales y organizado dos ponencias que tendrán lugar los días 22 y 24 de mayo de 16:30 a 17:45 horas. Se emitirán desde el canal de YouTube Católicos en Red y la primera será coordinada por el jesuita José Antonio Guerrero y la segunda por la cisterciense Pilar Avellaneda.
En su mensaje, los prelados elogian a las personas con una vocación de vida contemplativa «porque han hecho de la actitud orante, que es inherente a la fe pero se modula de distintos modos según los carismas, regla y medida de todas las cosas». Subrayan que este modo de regirse en conventos y monasterios «surge de las entrañas del Evangelio». Y recalcan el valor de «contemplar para asentir a la verdad y la bondad y la belleza del Dios que se revela a cada instante».
Dos Marías como ejemplo
Para la Jornada Pro Orantibus, los obispos proponen el ejemplo de dos Marías, la de Betania y la propia Virgen. Recuerdan que ambas estuvieron «cerca del Señor en toda circunstancia, incluso allí donde imperan las tinieblas del dolor y el sinsentido». En el caso de la hermana de Marta y Lázaro, «en la tumba del hermano muerto», y en el caso de la Virgen, «en la cruz del hijo agonizante».
La Comisión Episcopal para la Vida Consagrada insiste en que ambas «representan ejemplos» muy positivos «de la vocación contemplativa en la Iglesia». Según los obispos, en ellas se cumple «la visión humilde del Señor en todo tiempo y lugar termina traduciéndose en una senda esforzada de discipulado».
Finalmente, los obispos concluyen su mensaje invitando a los laicos a detenerse un momento para observar «el misterio a través de la contemplación obediente o de la obediencia contemplativa». Y pide fijarse en esta realidad de la mano de «los que rezan». «En su existencia transfigurada a la luz del Resucitado hallamos —hoy y siempre— un motivo esperanzado de acción de gracias y un vivo aguijón que nos espolea hacia una obediencia cada vez mayor en la propia vivencia de la fe», sentencian.