La Conferencia Episcopal de Nicaragua responde al acoso policial
Los obispos nicaragüenses condenan el «asedio» y las «agresiones físicas» y piden al Gobierno que escuche las peticiones de los fieles, «que son a la vez sus derechos»
El acoso policial contra la Iglesia en Nicaragua se extendió este lunes hasta la capital del país. En su catedral, un grupo de mujeres inició una huelga de hambre en solidaridad de sus compañeras de Masaya y la Policía respondió cortando todas las vías de acceso al templo. El cerco fue superado, sin embargo, por «grupos violentos afines al Gobierno», que agredieron a un sacerdote y a una religiosa.
Por la noche, el mismo grupo de seguidores orteguistas rompieron con fuerza los candados del templo, «profanando de esta manera la catedral metropolitana de Managua», denunció la Archidiócesis en un comunicado en el que también aseguró que este tipo de sucesos no contribuyen «a la paz y a la estabilidad del país» y en el que pidió al presidente Daniel Ortega que «tome acciones inmediatas para que se respeten todos nuestros templos».
Respuesta de la Conferencia Episcopal
Estos sucesos representan «la mayor escalada contra la libertad religiosa en Nicaragua» desde que se inició la crisis, asegura una fuente de Nicaragua; y ha motivado la publicación de un contundente comunicado de la Conferencia Episcopal del país latinoamericano (CEN).
En el documento, los obispos exhortan a los responsables de «estos asedios» a que depongan su actitud. «Es demasiado el dolor que han sufrido los nicaragüenses. Las familias que se encuentran asediadas cargan con un doble sufrimiento: la falta de libertad de sus familiares encarcelados y, ahora, el estado de sitio que atenta contra sus vidas». Por todo ello, la CEN pide al Gobierno que escuche las peticiones de los fieles, «que son a la vez sus derechos».
Sobre el cerco policial a la iglesia de San Miguel Arcángel, en Masaya, los jerarcas expresan su «preocupación» por las mujeres y el párroco que se encuentran aislados en el interior del templo. «Son personas con derechos, especialmente el derecho por excelencia que es la vida», recuerdan.
Del asedio y la profanación a la catedral de Managua, la CEN condena «las agresiones físicas contra algunos consagrados» y «el acoso, asedio e irrespeto» contra el templo. Asimismo, expresa su «preocupación» por la «indiferencia del Estado ante los derechos de los nicaragüenses que manifiestan su dolor y sus necesidades comprometiendo sus vidas». Este modo de protesta, «es un grito de impotencia, de inseguridad, de tristeza, de indignación. Es el resultado de muchos meses de sufrimiento».
El comunicado termina pidiendo a la Virgen, «que ha sufrido en carne propia la persecución, que conceda «su intercesión para ser Iglesia testigo, fiel al mensaje del Evangelio: Jesucristo, Nuestro Divino Salvador».