La Comisión Pontificia espera que las exreligiosas de Belorado puedan salir «en fechas próximas»
El arzobispo de Burgos ha subrayado que «las diez exreligiosas carecen de título legal para permanecer en los monasterios». Preocupa la situación de las hermanas mayores
La comisión pontificia, encabezada por Mario Iceta, espera que las ya exreligiosas de Belorado «entiendan su situación» y puedan salir del monasterio «en fechas próximas», una vez que se ha producido «la excomunión y expulsión de la vida consagrada» y que, por tanto, «carecen de título legal para permanecer en los monasterios». Así lo ha manifestado el también arzobispo de Burgos en una rueda de prensa celebrada este lunes después de que las monjas no se presentaran ante el Tribunal Eclesiástico de Burgos.
De no entrar en razón, y «no producirse una salida voluntaria», Iceta ha subrayado que «los servicios jurídicos no tendrán más remedio que iniciar las acciones legales a las que haya lugar». En este proceso, ha distinguido entre la situación de las monjas y la de Pablo de Rojas y José Ceacero —miembros de la autodenominada Pía Unión de San Pablo Apóstol—, que «llevan cuatro semanas instalados en el monasterio» y a los que «ya se comunicó vía burofax el 31 de mayo la prohibición de permanecer en esos inmuebles».
También es distinta la situación de las cinco religiosas mayores, que no han sido excomulgadas y que, por tanto, forman actualmente la comunidad monástica en Belorado, junto con otras tres hermanas que, aunque en este momento no se encuentran en el monasterio, pertenecen a la misma. «Las hermanas mayores siguen siendo una prioridad y una preocupación», porque «no están recibiendo la atención espiritual católica» requerida, ha manifestado Iceta.
En este sentido, para atender a las religiosas mayores y para que sea «restablecida» la «vida monástica católica», la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu ha decidido que se desplacen hasta Belorado «algunas hermanas procedentes de otros monasterios». Hasta el momento, hay tres comunidades que se han ofrecido a aportar religiosas para este propósito, ha asegurado el comisario pontificio durante la rueda de prensa.
Cuestión material
Durante la rueda de prensa, Iceta ha lamentado la falta de diálogo que han demostrado las exreligiosas, a pesar de las numerosas manos tendidas por la comisión pontificia, y que hayan reducido todo este proceso a una cuestión puramente económica. «Las cuestiones espirituales y de vida consagrada, que son las más importantes y esenciales, quedan sorprendentemente fuera de sus consideraciones» en los sucesivos burofax que han enviado.
A este respecto, el arzobispo ha recordado que «las propiedades e inmuebles son bienes eclesiásticos pertenecientes a los monasterios como entidades jurídicas públicas eclesiásticas al servicio de la comunidad de clarisas que siegue habitando estos monasterios». Y ha añadido: No se puede «alterar la naturaleza eclesiástica pública» de dichos inmuebles [N. de la R.: como pretenden las religiosas excomulgadas, que han manifestado su intención de quedarse con estas propiedades] «si no es con el consentimiento explícito y en la forma que dictamine la autoridad eclesiástica competente. En este caso, la Santa Sede».
Saldo en las cuentas
Por último, el comisario pontificio ha explicado que el pasado sábado 22 de junio se requirió a la exabadesa «toda la información económica necesaria» para el sostenimiento de la vida ordinaria en el monasterio y el cumplimiento de las obligaciones laborales, tributarias y fiscales que afectan a los monasterios.
El requerimiento se hizo en continuidad con la personación de la comisión gestora en el monasterio para que se les fuera entregada una copia de las llaves y todos los libros de contabilidad. Esta visita, sin embargo, concluyó cuando las exreligiosas declararon personas «no bien recibidas» a los miembros de la comisión, llamando posteriormente a la Guardia Civil.
A pesar de no contar con la información económica solicitada, la comisión pontificia ha podido localizar hasta diez cuentas de la comunidad, que, sin embargo, presentan unos saldos «pequeños e insuficientes» para sufragar todos los gastos. Según Iceta, entre todas no habría más de 6.000 euros, «por lo que es preciso inyectar liquidez». La Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu ha previsto transferir fondos de otros monasterios de esta Federación para que haya saldos suficientes con el fin de hacer frente a los pagos ordinarios que se cargan en las cuenteas de los monasterios de Belorado, Orduña y Derio.