La catedral de Notre Dame, devastada por las llamas
Los bomberos logran in extremis evitar la catástrofe total y salvar la estructura de la catedral de París. Desde el Vaticano se lamenta la destrucción de «un símbolo de la cristiandad en Francia y en el mundo»
Un incendio ha devastado este lunes Notre Dame. La cubierta del templo ha quedado totalmente derrumbada tras ser pasto de las llamas, empezando por su emblemática aguja, una de las señas de identidad del templo parisino, construido entre 1163 y 1345. en la isla de la Cité, en el río Sena. Durante varias horas se temió por la destrucción total de la catedral de París, si bien, ya sobre las 11 de la noche, los bomberos lograron evitar la catástrofe total y salvaron la estructura
La Fiscalía de París ha anunciado la apertura de una investigación para esclarecer las causas del incendio de la catedral gótica. Según fuentes de los Bomberos, el suceso parece estar relacionado con las obras de renovación del edificio. Notre Dame estaba inmersa en obras de restauración para evitar su deterioro. El Arzobispado de París había puesto en marcha una colecta para recaudar los 100 millones de euros estimados que se necesitaban para salvar las quimeras y los arcos góticos del edificio. La polución y el paso del tiempo habían causado varios desprendimientos de piedra.
«No quedará nada»
El fuego se avistó por primera vez en la parte de la cubierta de la cabecera, sobre las 18.50. Una hora después se produjo el impacto del derrumbe de la aguja y, posteriormente, de todo el techado de la catedral.
Ante el avance de las llamas, los pronósticos se hacían cada vez más negros. «Todo está ardiendo. Toda la estructura, que data del siglo XIX en un lado y del siglo XIII en el otro… No quedará nada», lamentó por la tarde un portavoz de la catedral, André Finot. «Habrá que ver si resiste la bóveda, que protege la catedral», añadió en tono dramático.
La conmoción fue visible de inmediato entre los católicos, que organizaron espontáneamente vigilias de oración. El arzobispo de París, Michel Aupetit, animó a tocar las campanas de las iglesias para invitar a los fieles a rezar ante el incendio.
Simultáneamente, 400 bomberos fueron movilizados para responder al fuego que, pese a todo, no provocó heridos. El primer teniente de alcalde de París, Emmanuel Grégoire, explicó que la prioridad es «evitar el hundimiento para que no haya víctimas entre los vecinos y los turistas». Por este motivo, fue evacuada parte de la isla de la Cité, y se habilitaron varios espacios para alojar durante la noche a los desplazados.
Otra de las primeras acciones emprendidas consistió en salvaguardar las obras de arte del interior. Eso incluye la corona de espinas y los santos sacramentos custodiados en la catedral.
Tristeza del Vaticano
Entre las reacciones al suceso, una de las primeras fue la del presidente francés, Emmanuel Macron, que mostró su pesar en nombre de «toda una nación emocionada». «Pensamos en todos los católicos y en todos los franceses», apuntó. «Como todos nuestros compatriotas, esta noche me entristece ver arder esta parte de nosotros».
Desde el exterior, llegaron las condolencias de la Santa Sede, que «ha acogido con incredulidad y tristeza la noticia del terrible incendio que ha devastado la catedral de Notre Dame, símbolo de la cristiandad en Francia y en el mundo», según lamentó en un comunicado su portavoz interino, Alessandro Gisotti, quien manifestó la «cercanía» del Vaticano a los católicos franceses y a los parisinos y aseguró oraciones por los bomberos y todos aquellos que se esfuercen en «hacer lo posible para afrontar esta dramática situación».
«Rompe el corazón ver una casa de Dios en llamas. Rezamos por los bomberos que trabajan allí y por toda la gente de París», indicó desde Estados Unidos el vicepresidente Mike Pence, mientras Donald Trump, siempre genio y figura, se abonó a la tesis de la inoperancia de los bomberos —desmentida por el consistorio parisino—, y apuntó que «quizás con aviones cisterna podría ser sofocado. ¡Hay que actuar rápido!».
Angela Merkel, la canciller alemana, dijo llorar por «un símbolo de Francia y de nuestra cultura europea».
Desde España, sumándose al coro de muestras de afecto desde toda Europa a los parisinos, el presidente Sánchez calificó desde Twitter este suceso como «una triste noticia para nuestra historia y nuestro patrimonio cultural universal». También las alcaldesas de Madrid y Barcelona ofrecieron mensajes de solidaridad.