La catedral de Los Ángeles se queda pequeña para el funeral de su obispo auxiliar - Alfa y Omega

La catedral de Los Ángeles se queda pequeña para el funeral de su obispo auxiliar

David O’Connell fue asesinado el 18 de febrero en su propia casa

Redacción
El arzobispo de Los Ángeles José H. Gomez coloca el Evangelio y la cruz sobre el féretro de David O’Connell durante el funeral. (OSV News photo/Sarah Yaklic, courtesy Archdiocese of Los Angeles)

El arzobispo de Los Ángeles, José Horacio Gómez, presidió el pasado viernes la Misa funeral por el obispo auxiliar David O’Connell, asesinado el pasado 18 de febrero en su domicilio. Según informa Angelus News, web de la archidiócesis, la catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles se quedó pequeña para despedir al prelado. Muchas personas asistieron a la ceremonia de pie en los laterales del templo e incluso desde el exterior.

Tres cardenales, Roger Mahony, cardenal emérito de Los Ángeles; Blase Cupich, de Chicago, y Robert McElroy, de San Diego, acompañaron en el altar a Gómez, además de otros 34 obispos y más de 50 sacerdotes. También estuvieron presentes las principales autoridades de locales y regionales, viejos amigos y colaboradores.

La archidiócesis y la ciudad en pleno quisieron despedir a quien durante este funeral fue definido como un pastor «que curaba las almas». El padre Jarlath Cunnane, amigo del obispo asesinado, destacó que O’Connell «tenía amigos en todas partes y de todo tipo de estrato social, desde poderosos a humildes». «Era un hombre tocado por la gracia», aseguró el sacerdote, que también apuntó que el obispo O’Connell era capaz de «encontrar el bien en todas las personas».

El arzobispo Gómez pronunció unas palabras alabando la figura de O’Connell como alguien que se dedicó especialmente «a los olvidados y a los que viven en las periferias de la sociedad». Y leyó un mensaje de parte del Papa Francisco, a través del que impartía su bendición a todos los asistentes al funeral.

La Misa de este viernes puso el punto final a tres días de homenajes a O’Connell, que comenzaron con una ceremonia el miércoles en la parroquia de San Juan María Vianney en Hacienda Heights, a unos 30 kilómetros de Los Ángeles, donde residía el obispo. El jueves, en la catedral, la comunidad pudo despedirse de su obispo en un velatorio público que duró toda la jornada. Tras la Misa, el obispo fue enterrado en la cripta de la catedral.