La catedral de Burgos acogerá 24 horas de lectura ininterrumpida de la Biblia

La Biblia es el libro por excelencia. Palabra de Dios. Además, es el más traducido del mundo y también el más vendido. Precisamente con motivo de la festividad de san Jerónimo, gran traductor del texto sagrado, y en el marco del octavo centenario de la catedral de Burgos, más de un centenar de voluntarios la leerán de forma ininterrumpida durante 24 horas en la capilla del Santo Cristo de Burgos de la catedral.

El acto comenzará este miércoles 29 de septiembre a las 10:00 horas y concluirán 24 horas después, el 30 de septiembre, día en que se conmemora al autor de la traducción de la Biblia al latín y cuyo texto fue el que la Iglesia asumió como canónico en el concilio de Trento. Se podrá seguir en directo durante las 24 horas en el canal de YouTube de la archidiócesis de Burgos

El proyecto nació en el curso 2019/2020 cuando el profesor de Teología Católica en la Facultad de Educación de la Universidad de Burgos, Jesús María Álvarez, propuso a los alumnos hacer un trabajo sobre una posible lectura continuada e ininterrumpida de la Biblia, al estilo de la afamada lectura continuada del Quijote. «Entonces, hubo un grupo de tres alumnas que lo eligieron, lo desarrollaron y, cuando lo terminaron, pensamos que sería bueno llevarlo a cabo», explica Álvarez en conversación con Alfa y Omega.

Finalmente, el proyecto 24 horas de lectura de la Biblia, que así es como lo han bautizado, ha visto la luz en colaboración con el profesor –hoy decano– de la Facultad de Teología José Luis Barriocanal y tres de sus alumnos seminaristas. Y será posible realizarlo gracias a 110 voluntarios que se han apuntado para la lectura, entre los que figuran «fieles de diferentes parroquias, alumnos de distintos colegios e institutos, autoridades, personas vinculadas a la universidad…» El arzobispo emérito, Fidel Herráez, será quien dé comienzo a la lectura declamando los primeros capítulos del libro del Génesis, mientras que el arzobispo, Mario Iceta, concluirá el acto con la lectura de los últimos compases del Apocalipsis.

El objetivo, según Jesús María Álvarez es «valorar y significar la importancia que tiene la Biblia» y «poner voz a la Escritura para que todos la puedan escuchar», concluye el profesor.