Julián Ruiz Martorell: «Lo normal es que para atender dos diócesis haya dos obispos» - Alfa y Omega

Julián Ruiz Martorell: «Lo normal es que para atender dos diócesis haya dos obispos»

Las diócesis de Huesca y Jaca son «autónomas», lo que ha obligado a su obispo a vivir al volante. A partir del sábado podrá bajarse del coche y ayudar a Sigüenza-Guadalajara a «seguir caminando juntos»

José Calderero de Aldecoa
Julián Ruiz Martorell
Las horas de carretera, dice el nuevo obispo de Sigüenza-Guadalajara, «tienen la ventaja de que el paisaje es precioso». Foto: Diócesis de Huesca.

Lleva mucho tiempo en su actual cargo. ¿Se esperaba el cambio? ¿Cómo lo afronta?
Después de casi 13 años, no entraba en mis previsiones un cambio. Sin embargo, los traslados siempre son posibles cuando se vive el ministerio en clave de disponibilidad. Se trata de aceptar la voluntad de Dios y la decisión del Papa en cualquier momento y en todas las circunstancias. Afronto el cambio con gratitud al Señor y a la Iglesia. Durante este período de tiempo, he colaborado con personas excepcionales dotadas de una gran capacidad de entrega. Me llevo muchos gratos recuerdos. Al mismo tiempo, siento dejar estas tierras altoaragonesas y a sus nobles y entrañables personas.

¿Qué balance hace de su paso por las diócesis de Huesca y Jaca?
El último balance le corresponde al Señor. El mío es de sereno agradecimiento por las posibilidades que se me han ido abriendo. Huesca y Jaca tienen una rica historia, un apasionante presente y un futuro esperanzador.

Tiene la particularidad de que no es una sola diócesis, sino que son dos totalmente independientes. Me imagino que esta idiosincrasia afectará a la hora de gobernarlas.
Son dos estructuras autónomas. El único vínculo es el obispo. Son diócesis unidas in persona episcopi (en la persona del obispo). Hay dos catedrales, dos consejos episcopales, dos consejos presbiterales, dos consejos diocesanos de pastoral, dos colegios de consultores, dos consejos de asuntos económicos, dos curias, dos Misas crismales, dos celebraciones de Corpus Christi, dos fiestas patronales mayores y otras tantas menores, dos jornadas de pastoral de comienzo de curso, dos planes diocesanos de pastoral y un largo etcétera. El servicio es doble, pero también se cuenta con excelentes colaboradores. Los actos de servicio se duplican y las horas de carretera tienen la ventaja de que el paisaje es precioso.

¿Por qué un obispo para las dos? ¿No sería mejor uno para cada una?
Lo normal es que para atender dos estructuras diocesanas haya dos obispos. Pero la decisión de la Santa Sede desde hace 21 años es que se genere comunión entre dos diócesis cercanas, que comparten historia y proyectos evangelizadores. Ciertamente, sería mejor que hubiese un obispo para cada una de ellas, pero la perspectiva pastoral global corresponde a otras instancias.

Bio

Nació en Cuenca en enero de 1957. Habla español, italiano, inglés y francés. Conoce bien el latín, el griego, el hebreo y el arameo, y lee alemán. Fue ordenado sacerdote el 24 de octubre de 1981. Tomó posesión de Huesca y Jaca en 2011 y el 23 de diciembre lo hará de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara.

¿En qué estado está la cuestión de los bienes de las parroquias altoaragonesas que se encuentran en Lérida? ¿Tiene esperanzas en que vuelvan tras los precedentes de Barbastro-Monzón y los bienes de Sijena?
Desde hace años pensamos que, una vez resuelta la situación de los bienes de la diócesis de Barbastro-Monzón, sería más fácil resolver la cuestión relativa a los bienes de Huesca, en concreto de las localidades de Peralta de Alcofea, El Tormillo y Berbegal. Junto con todos mis predecesores, hemos insistido en la reclamación. Después de la última consulta que realicé a la Nunciatura Apostólica, llegó la respuesta en la que la Santa Sede daba unas orientaciones para resolver el problema.

¿Conocía de algo la diócesis de Sigüenza-Guadalajara?
Solamente de modo esporádico. Durante los años de estudio en Roma, coincidí con algunos sacerdotes de la diócesis. Luego, he trabajado en la Conferencia Episcopal Española con personas que comparten este origen. Aprecio mucho a los eméritos José Sánchez y Atilano Rodríguez Martínez. Y ahora he tenido la oportunidad de conocer a muy buenas personas que viven y trabajan allí.

¿Tiene ya perfiladas sus líneas pastorales?
Primero he de conocer la realidad con la que me encontraré: sacerdotes, personas consagradas, seglares, estructuras diocesanas, distribución territorial, calendario, recursos humanos y pastorales, proyectos, iniciativas y dificultades. Hace algunos años se inició un sínodo diocesano en el que ha habido una generosa respuesta. Ahora hay que celebrar las sesiones previstas inicialmente y poner en práctica todo el dinamismo generado. Mis líneas pastorales no serán propias. Se trata de seguir caminando juntos, reconociendo y agradeciendo la labor desarrollada por mi predecesor y los obispos anteriores. Y contando con la colaboración de quienes tienen acreditada una historia de servicio diocesano.

El Papa no termina de recuperarse de sus problemas de salud. ¿Cómo lo ha visto, ahora que ha estado recientemente en el Vaticano?
En la sesión del 28 de diciembre estuvo cercano, accesible, mentalmente lúcido, con capacidad de respuesta y aterrizando en muchos aspectos cruciales. No mostró ningún síntoma de cansancio. Respondió a todas las preguntas que se le formularon por parte de los obispos. Tomaba notas de las cuestiones y no se dejó nada en el tintero. Fueron más de dos horas de conversación libre y abierta.