Juan XXIII, «un modelo de santidad»

Un pastor; un padre; un modelo de santidad… Así recordó, el lunes, el Papa Francisco al Beato Juan XXIII, en el 50 aniversario de su muerte. El Pontífice rezó ante la tumba de su antecesor poco antes de las ocho de la tarde, y glosó su figura ante más de dos mil peregrinos procedentes de Bérgamo. «La guía sabia y paterna del Papa Juan, su amor por la tradición de la Iglesia y la conciencia de su constante necesidad de actualización, la intuición profética de la convocatoria del Concilio Vaticano II y la ofrenda de la propia vida, quedan como hitos en la historia de la Iglesia del siglo XX, y como un faro luminoso por el camino que nos espera», les dijo el Pontífice, en un discurso sin papeles. «Queridos bergameses: estáis justamente orgullosos del Papa bueno, luminoso ejemplo de la fe y de las virtudes de generaciones enteras de cristianos de vuestra tierra», añadió el Papa, antes de exhortarlos: «Custodiad su espíritu, profundizad en el estudio de su vida y de sus escritos, pero, sobre todo, imitad su santidad. Dejaos guiar por el Espíritu Santo. No tengáis miedo de los riesgos, como él no tuvo miedo». Francisco hizo especial alusión al lema episcopal de Roncalli, Obedientia et pax (obediencia y paz), y resaltó estas dos virtudes en la personalidad del Papa Juan: «Si sabemos dejarnos conducir por el Espíritu Santo, si sabemos mortificar nuestro egoísmo para hacer espacio al amor del Señor y a su voluntad, entonces encontraremos la paz, sabremos ser constructores de paz y difundiremos paz».