Juan Mayorga: «Lo que hay en Teresa es lengua indómita» - Alfa y Omega

Juan Mayorga: «Lo que hay en Teresa es lengua indómita»

El dramaturgo reestrena en el Teatro del Barrio de Madrid La lengua en pedazos, un diálogo entre santa Teresa y un inquisidor que ha recorrido el mundo y le hizo ganador del Premio Nacional de Literatura Dramática

Cristina Sánchez Aguilar
El autor reconoce sentir «un enorme respeto» por los religiosos, porque «en su mero vivir nos recuerdan la necesidad humana de trascendencia». Foto: RAE.

Teresa en el Teatro del Barrio, teatro político por excelencia en pleno Lavapiés. ¿Cómo han acogido a la santa?
Si jugásemos a imaginar a Teresa en un barrio de Madrid, probablemente ella escogería Lavapiés de los primeros; se sentiría cerca de los vecinos. Además, el Teatro del Barrio es un teatro que se realiza en asamblea; los espectadores no solo asisten, sino que completan la obra con su atención hacia unas acciones y frases, y no hacia otras.

Se estrenó como director con esta obra en 2012 y el texto le valió el Premio Nacional de Literatura Dramática en 2013. ¿Vemos ahora una reposición o una reinterpretación?
No es una reposición. La primera era minimalista; esta tiene un carácter especialmente poético ya desde la misma construcción espacial, que se sostiene sobre trece sillas que representan la reunión de Teresa con las doce hermanas que se fueron con ella a San José.

Es un diálogo combativo entre Teresa y la figura del inquisidor, pero hay muchos más conflictos sobre la mesa.
Por un lado, es una obra sobre la experiencia religiosa. Cuando algunos compañeros me preguntan por qué tratar esto, siempre digo que porque es, a mi juicio, interesantísimo. No podemos dejar de reconocer la enorme importancia que tiene para muchos seres humanos, que ponen la experiencia religiosa en el centro de sus vidas y determina sus acciones, su forma de estar en el mundo. Otras líneas de enfrentamiento de la obra son la tensión entre la institución y el disidente, y entre el hombre y la mujer.

Bio

Dramaturgo y director desde 2012 (se estrenó con esta Lengua en pedazos), ha trabajado para el CDN y la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Fue fundador de la Academia de las Artes Escénicas de España y dirige la Cátedra de Artes Escénicas​ de la Universidad Carlos III. Premio Nacional de Teatro en 2007, desde 2018 es miembro de la Real Academia Española para el sillón M.

Porque usted precisamente enfrenta a Teresa con un hombre, y no con una superiora o con otra religiosa.
Construyo esta obra imaginando una situación que nunca tuvo lugar. Teresa sí tuvo encuentros con la Inquisición, pero nunca como este. Sí me parece decisivo, sin ser el único, el conflicto hombre-mujer; es importante en la medida en que, como Teresa sostiene, «todo acierto de mujer se pone bajo sospecha». En la primera versión el diálogo era con un provincial del Carmelo. Convocado por mi maestro y amigo Reyes Mate, participé en la Cátedra Santo Tomás de los dominicos de Ávila. Dentro de ese contexto se hacía un evento teatral y desarrollé un texto sobre El libro de la vida que ya llamé La lengua en pedazos. La víspera de la representación, el actor que iba a hacer de provincial enfermó (era una lectura dramatizada en la iglesia) y tuve que salir yo, con hábito dominico. Estando en escena me di cuenta de que había momentos en que deseaba interpelar a Teresa. Le había dado la palabra al provincial, pero era un personaje que desarrollar. Desde el día siguiente y hasta ahora –porque no dejo de reescribir el personaje– no ha dejado de crecer.

El inquisidor podría ser un poco usted, un poco todos nosotros.
De algún modo Teresa e inquisidor son enemigos íntimos, pero no quería que fuera un tópico; quería que fuese un hombre culto, y, de hecho, es más moderno que Teresa, por lo que el espectador contemporáneo se puede sentir más cercano a él. Por ejemplo, cuando le pregunta por sus apariciones, las preguntas son razonables. Es un racionalista, pero quería que fuese un personaje que es como Teresa, un buscador de sentido. Aunque lo hacen por distintas vías.

En estos años su texto ha dado la vuelta al mundo. Está mostrando a santa Teresa hasta a los japoneses.
Esta experiencia puede llevarnos a examinar la vivencia religiosa, participemos o no de ella. Yo siento un enorme respeto por los religiosos, por las monjas; en su mero vivir nos recuerdan la necesidad humana de trascendencia. Los seres humanos necesitamos cobijo, pero también sentido. Lo que hay en Teresa es lengua indómita. Que no se deja acotar.

¿Hay quien se ha acercado a Dios a través de su obra?
Eso me han dicho algunas personas, incluso hay quien tenía recelos precisamente por el asunto que trata, pero se acercaron, y prestaron una atención que antes no tenían.

Teatro

★★★★☆

Dirección:

Juan Mayorga

Actores:

Clara Sanchís y Daniel Albaladejo

Teatro:

Teatro del Barrio

Hasta el 27 diciembre