Juan Carlos Elizalde: «El SAMIC es una experiencia sanante de pastoral familiar»
El servicio de acompañamiento y mediación a las familias en conflicto llega a Pamplona y a las tres diócesis vascas. Ya está en estudio su implementación en 26 diócesis españolas
«Percibimos un horizonte maduro y esperanzador de trabajo pastoral con matrimonios y familias. Lo que estábamos tanteando tímidamente lo encontramos formulado de forma precisa y avalado por la experiencia serena y fecunda del SAMIC en Valencia», dijo la semana pasada el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, en la presentación ante su diócesis y las diócesis de San Sebastián, Bilbao y Pamplona-Tudela de esta herramienta de pastoral familiar desarrollada por el Tribunal Eclesiástico de Valencia.
El Servicio de Acompañamiento y Mediación Canónico (SAMIC) nació hace cinco años como un servicio de acompañamiento y mediación para los matrimonios que piden la nulidad de su unión, y ahora ofrece formación y protocolos de actuación para atender las dificultades de las familias. Ya está en estudio su implementación en 26 diócesis españolas, en muchas de las cuales «ya se están creando equipos y recibiendo la formación que necesitan para empezar a trabajar», confirma a Alfa y Omega Jorge García Montagud, vicario judicial de Valencia y director del SAMIC.
El SAMIC constituye una herramienta de acompañamiento y mediación familiar canónica que buscar reconciliar a las familias en crisis y a aquellas que pasan por el tribunal eclesiástico diocesano buscando dilucidar la nulidad de su unión y que presentan conflictos. Se trata de una labor complementaria a la que ya realizan los Centros de Orientación Familiar en cada diócesis.
«Creo que esta propuesta responde a las necesidades y expectativas de nuestras familias hoy», afirmó Elizalde. Por eso, «nos queremos lanzar a este proyecto sanante de pastoral familiar, fruto de la acogida de la Iglesia», señaló el obispo de Vitoria ante los representantes de los tribunales eclesiásticos de las diócesis de Navarra y del País Vasco.
Durante la presentación, el rector del seminario y a su vez delegado para el Clero de Vitoria, Unai Ibáñez, animó a que sacerdotes y seminaristas conozcan esta herramienta caracterizada por la celeridad de su actuación y por su multidisciplinaridad, ya que involucra a juristas, mediadores, psicólogos, sacerdotes y agentes de pastoral familiar.
Con el SAMIC «intentamos responder al llamamiento realizado por el Papa Francisco en el que pide a los colaboradores del obispo que ejerzan la diaconía de acompañamiento y cuidado de los miembros de la familia y de los esposos inmersos en un proceso de nulidad», afirma Jorge García Montagud.
Además, con esta labor de cercanía de la Iglesia en torno a la sentencia canónica «se intenta por todos los medios que este pronunciamiento no provoque más heridas en la familia ni empeore las relaciones», añade. Junto a ello, uno de los fines del SAMIC es volver a vincular a los fieles que han tramitado un proceso de nulidad con la participación activa en la vida eclesial.
- «Ver a una familia que se rompe es un drama que no puede dejarnos indiferentes. La sonrisa de los cónyuges desaparece, los hijos están confundidos, la serenidad de todos se desvanece. Y la mayoría de las veces no se sabe qué hacer».
- «Se sufre mucho cuando los fallos, las negligencias y los pecados humanos hacen naufragar un matrimonio».
- «Debemos partir de cada situación real y desde allí intentar caminar juntos, juntos como esposos, juntos en vuestra familia, juntos con las demás familias, juntos con la Iglesia».
- «Deseo que nuestras diócesis y parroquias sean cada vez más comunidades que sostienen a todos con los brazos abiertos. Es muy necesario en esta cultura de la indiferencia».