Jóvenes irlandeses promoverán el Congreso Eucarístico Internacional en la JMJ. Ahora, venid a Dublín
La Iglesia católica en Irlanda está poniendo un gran empeño en preparar la JMJ de Madrid. Será —esperan— un gran paso para la revitalización de la pastoral juvenil del país. Y se completará, en junio de 2012, con el Congreso Eucarístico Internacional que acogerá Dublín. Los jóvenes irlandeses vienen a Madrid, también, para invitar a sus congéneres
Cualquier joven que, el próximo agosto, en la JMJ de Madrid, trabe amistad con uno de los más de 2.000 jóvenes irlandeses que vendrán, puede volver a casa con dos regalos: una pulsera del Congreso Eucarístico Internacional que se celebrará en la isla, en junio del año próximo —cada joven traerá diez—, y una invitación para acudir.
Gerard Brennan es el responsable de Jóvenes de este congreso, y también está organizando la asistencia de los jóvenes irlandeses a la JMJ. Desde esta posición privilegiada, no le sorprende que la Eucaristía y la adoración al Santísimo hayan ido adquiriendo un rol cada vez mayor en las Jornadas Mundiales de la Juventud —especialmente en el pontificado de Benedicto XVI—: «La Eucaristía es la fuente y la cima de la Iglesia católica. Profundizar nuestra comprensión y amor a la Eucaristía debería ser la meta de todos los católicos. La Eucaristía es alimento para la mente, el corazón y el alma; y si lo recibimos, nos sostendrá y permaneceremos alegres, felices y en paz, en todo lo que hagamos».
Sobre la JMJ, Gerard afirma que «nuestros jóvenes están deseando llegar a Madrid. Es una ocasión para crecer en su fe. Los medios les ofrecen muchas distracciones efímeras, pero en ellos hay un gran hambre espiritual de algo enriquecedor, y la JMJ les resulta atractiva porque les ayuda a saciar esa hambre. También es una gran afirmación para ellos, pues experimentan la presencia de Cristo con otro millón de jóvenes católicos. Creo que es este sentido de comunión lo que nos anima». Para que todo esto dé el mejor fruto, los jóvenes se están preparando con encuentros en los que se conocen, se les informa, participan en obras sociales y dedican «tardes enteras a la oración».
¿Y luego, qué?
Sin embargo, le preocupa septiembre: «Los jóvenes van a estos encuentros, reciben los dones del Espíritu y su corazón se enciende; pero, muchas veces, luego no encuentran nada que hacer en sus parroquias». Por eso, aunque «los movimientos juveniles están llegando a llenar ese vacío», en la organización del Congreso Eucarístico también «estamos intentando regenerar las estructuras y reevangelizar las diócesis; y tener encuentros con los jóvenes, de manera que, tras la JMJ y el congreso, puedan volver a sus diócesis» para seguir viviendo allí su fe. Y eso mismo es lo que ofrecen a todos los jóvenes que quieran acudir, dentro de un año, a Irlanda: «Una gran oportunidad de seguir alimentando ese fuego, y de adquirir una comprensión y un amor más profundos a Cristo en la Eucaristía».
A quienes les interese esta invitación y, en la JMJ, no hagan un amigo irlandés, pueden acudir al stand que el Congreso Eucarístico Internacional de Irlanda tendrá en el Retiro.
María Martínez / Alfonso Simón
Para los jóvenes católicos de la Universidad de Saint Paul, en Nairobi (Kenia), la JMJ de Madrid será especial. Hasta ahora, «a las Jornadas Mundiales de la Juventud sólo podían acudir un puñado de jóvenes», por motivos económicos, explica Linda Wnajiru, una de las líderes de la pastoral. Pero, «para esta JMJ, decidimos hacerlo de forma diferente», e intentar acudir los más posibles, «a pesar de tenerlo todo en contra. Creemos que este evento será crucial para moldear y confirmar nuestra fe, y también una oportunidad para conocer a jóvenes católicos de todo el mundo». Preparar juntos el viaje -añade- también les está fortaleciendo como grupo. Para que puedan acudir sus 26 jóvenes, de entre 15 y 25 años, necesitan casi 25.000 euros, y para conseguirlos están vendiendo tartas y lavando coches en la iglesia y, en Pascua, organizaron un concierto. También piden donativos, y buscan padrinos para su peregrinación. Eso último «no lo hemos conseguido aún, pero seguimos buscando». De momento, sólo han conseguido algo más de 1.600. «Aún nos queda mucho camino, ¡pero no nos desanimamos!».