Jóvenes defensores de los más débiles - Alfa y Omega

Jóvenes defensores de los más débiles

El día 8 de abril, la Iglesia en España celebró la Jornada por la Vida, en la que se recuerda la importancia de defender a los niños no nacidos y a los ancianos y enfermos, a los que algunas personas quieren matar. Normalmente, este día se celebra el 25 de marzo, cuando recordamos la Anunciación del ángel a la Virgen y la Encarnación de Jesús, el primer momento de la vida de Jesús. En torno a ese día, se hacen Vigilias de oración por la vida, en muchos sitios. Como este año cayó en Lunes Santo, la celebración se retrasó. Además, la Vigilia de Madrid fue especial porque, al final, se entregaron los Premios del concurso escolar El embrión, el más pequeño de los hermanos, convocado por la archidiócesis madrileña. Os presentamos a los ganadores:

María Martínez López

Podéis ver los vídeos en la web: www.delfam.es

En el colegio Retamar, Carlos Herrero (3º ESO) ha oído hablar mucho de la necesidad de defender a los niños antes de nacer. Por eso, aunque al principio no le apetecía participar en el concurso, luego se animó «para mostrar nuestra opinión». Su vídeo tiene dos partes: la primera explica la vida de una persona desde que es concebida hasta que se hace mayor; y la segunda, un montón de razones para dar la bienvenida a un nuevo niño: dar esperanza a sus padres, jugar con sus hermanos y leerles cuentos, ser un gran artista o un santo… «Si no estás tú, no estamos todos», afirma el vídeo al final. Para hacer esta parte, «movilicé a medio Madrid» –sus tres hermanos, sus primos, tíos, su abuela…, en total, 30 o 35 personas–. Participar en este concurso le ha ayudado tanto a concienciarse sobre la importancia de defender la vida, que con el dinero del Premio van a comprar cosas de bebé para donarlas a una asociación que ayude a las mujeres embarazadas.

Claudia García y sus amigos Raúl y Miguel son otros ganadores. Estos tres chicos estudian 4º de ESO en el colegio Nuestra Señora de las Delicias. Su vídeo cuenta la historia de un niño que está esperando a un hermano. Pero durante el parto hay un problema, y el médico le dice a su madre que para salvar al bebé hay que hacerle una operación muy difícil y que ella puede morir. A pesar de todo, ella dice que sí. Muere, pero los médicos consiguen salvar al niño. Su hermano, el protagonista del vídeo, para hacer honor al enorme sacrificio de su madre, se compromete a cuidar de su hermano siempre. Esta bonita historia está contada con dibujos hechos con el ordenador. «Yo los hacía de pequeña –cuenta Claudia–, y se me ocurrió hacerlo así, porque es como lo contaría un niño». Hacer este vídeo ha ayudado a Raúl a darse cuenta de cómo, «para una madre, lo principal son sus hijos, y luego ella». Aunque el niño aún no haya nacido –añade Miguel–, «ya se está formando un ser vivo que luego será como nosotros».

Ana Sastre, de 1º de Bachillerato del colegio Aldeafuente, decidió participar en el concurso porque «me impresiona mucho todo lo relacionado con los embriones. Mi madre es médico y mi padre es profesor, y me han explicado cómo crece, y cómo desde el principio ya es una persona, y se puede saber si es niño o niña». Cuando empezó a pensar en cómo hacer el vídeo, «todas las ideas que se me ocurrían era para decir No abortes. Pero luego decidí demostrar que el embrión es una persona, comparándolo con cosas sencillas». Había leído en Internet las razones que dan quienes dicen que no lo es, y quería responder. Así, su vídeo explica cómo el embrión es como el capullo de una flor, como la masa de un bizcocho o como un móvil que se está recargando: aunque tenga que seguir creciendo, estar en el horno o pasar un tiempo conectado, siguen siendo lo que son. Ana, para hacer este vídeo, ha contado con la ayuda de tres de sus siete hermanos: los más pequeños protagonizan el vídeo, y otra le ha puesto voz.

Ana Sánchez-Reig, del colegio Montealto, y también de 1º Bachillerato, va a compartir el Premio con su amiga Elena, con la que hizo el vídeo. Han participado en el concurso «para concienciar al mundo sobre el tema del aborto, y para darles voz a esos niños que mueren sin poder decir nada. Yo quería hacer el diario de un embrión, y a Elena se le ocurrió hacerlo con stop motion», una forma de hacer películas que consiste en hacer muchas fotos seguidas, cambiando las cosas poco a poco, y luego reproducirlas todas seguidas, muy rápido. Para ello, hicieron miles de fotos. La voz es de Marta, una de los seis hermanos de Ana, que tiene nueve años. «Nos costó mucho esfuerzo repetirlo varias veces para que saliera natural», cuenta Ana. Con tantos hermanos en casa, Ana es muy consciente de que, «desde el principio del embarazo, hay una vida», y por eso ha tenido «bastantes discusiones» con personas que sí están a favor del aborto. «Antes no sabía defenderme, pero me he formado mejor y ahora me dejan en paz».