Jóvenes de distintas religiones estudiarán Fratelli tutti - Alfa y Omega

Jóvenes de distintas religiones estudiarán Fratelli tutti

El musulmán Mahmoud Abdel Salam, secretario general del Alto Comité para la Fraternidad Humana, ha anunciado la organización de un foro con encuentros en Roma, Abu Dabi y Egipto

Redacción
Foto: CNS

El Alto Comité para la Fraternidad Humana tiene previsto organizar, cuando sea posible, un foro de jóvenes sobre la encíclica Fratelli tutti, la tercera del Papa Francisco, publicada el domingo. Lo explicó su secretario general, el juez egipcio Mohamed Mahmoud Abdel Salam, durante la rueda de prensa de presentación del documento, que recoge Vatican News.

El foro que anunció estaría abierto a personas de distintos países y religiones que, en jornadas de estudio en Roma, Abu Dabi (donde se firmó el Documento sobre la fraternidad humana en febrero de 2019) y El Cairo (sede de la Universidad de Al Azhar) reflexionarán y dialogarán sobre el contenido de la encíclica. Salam tiene la «esperanza» de que así este documento pontificio «pueda constituir un paso en la dirección correcta, hacia una fraternidad humana mundial».

Junto con el citado Documento de Abu Dabi, confía en que Fratelli tutti tenga «un considerable efecto disuasorio contra la falsedad» y permita el desarrollo de una nueva sociedad mundial «basada en la sacralidad de la dignidad y de los derechos humanos, y no en el desprecio, la esclavitud y la explotación del hombre». Para lograrlo, valoró positivamente que su contenido «se basa en razonamientos claros, fundados en la verdad y practicables en la vida real y en el mundo concreto».

Actos concretos

También el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, hizo hincapié en que la encíclica no presenta la fraternidad «como un instrumento o un deseo», ni como una moda, sino como «la manifestación de actos concretos» que puede y debe ir cristalizando en una «cultura que debe aplicarse a las relaciones internacionales».

Así, Fratelli tutti puede ser un importante revulsivo, al sustituir el concepto de paz por el de pacificadores, el de desarrollo por el de cooperantes al mismo, el respeto de los derechos por la atención a las necesidades de cada prójimo, «ya sea persona, pueblo o comunidad». Y «a los dirigentes de las naciones, a los diplomáticos, a los que trabajan por la paz y el desarrollo, la fraternidad les propone transformar la vida internacional de una simple coexistencia, casi necesaria, a una dimensión basada en ese sentido común de «humanidad» que ya hoy inspira y sostiene tantas normas y estructuras internacionales, promoviendo así una convivencia efectiva».

Teológicamente, todo «gira en torno a la categoría del amor fraterno que, más allá de toda pertenencia, incluso de la identidad, es capaz de concretarse en “el que se ha hecho prójimo”», como en la parábola del buen samaritano.

«La globalización no practica el encuentro»

En la presentación intervinieron, además, el cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo interreligioso; la profesora Anna Rowlands, profesora de Catholic Social Thought & Practice en la Universidad de Durham (Reino Unido), y el profesor Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant’Egidio y profesor de Historia Contemporánea. En su intervención el cardenal Ayuso subrayó que «la invitación del Papa Francisco a las diferentes religiones a ponerse al servicio de la fraternidad para el bien de toda la humanidad anuncia una nueva época». Y opinó también que «la fraternidad se puede convertir también en el camino de las creencias religiosas».

Según la profesora Anna Rowlands, «Fratelli tutti deja claro que la fraternidad universal y la amistad social deben ser practicadas juntas», aunque «el fracaso en esta cuestión es abundante». La profesora destacó que «la globalización proclama valores universales pero no practica el encuentro y la atención, especialmente en cuanto a los diferentes y a los más vulnerables». Frente a esto, la encíclica exhorta a las religiones a ser «portadores de un mensaje de amor trascendente para un mundo hambriento, cínico y desarraigado».

En la última intervención, Andrea Riccardi destacó que «las palabras del Papa nos despiertan del entumecimiento colectivo generado por la lógica del conflicto». Y, si bien las instituciones tienen que suscitar la puesta en marcha de esta «arquitectura de la paz», «nosotros, la gente común, no podemos ser espectadores. La artesanía de la paz es tarea de todos: hay que atreverse más contra la guerra con una rebelión diaria y creativa. Si muchos pueden hacer la guerra, todos pueden trabajar como artesanos de la paz».