José Cobo a los pueblos de El Molar: «Dios no se deja encerrar en un libro ni un grupo» - Alfa y Omega

José Cobo a los pueblos de El Molar: «Dios no se deja encerrar en un libro ni un grupo»

Al clausurar su visita pastoral a este arciprestazgo reivindicó que «Dios nos ha buscado» y les aseguró que «tenéis a toda la Iglesia de Madrid con vosotros»

Rodrigo Moreno Quicios
José Cobo preside la Misa en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, en el pueblo de El Molar
José Cobo preside la Misa en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, en el pueblo de El Molar. Foto: Rodrigo Moreno Quicios.

«Os agradezco el esfuerzo que habéis hecho por ir a la comunidad del otro porque es algo muy nuestro», dijo el arzobispo de Madrid, el cardenal José Cobo, el pasado sábado a los feligreses de varias parroquias del arciprestazgo de El Molar que, con motivo de su visita pastoral, participaron en la Misa que presidió en la Asunción de Nuestra Señora, la parroquia del pueblo que da nombre a este territorio. Provenientes de varios municipios de la sierra, aquella tarde se habían reunido antes de la Misa en el Ayuntamiento de El Molar para abordar las necesidades conjuntas de este espacio rural. Por tanto, el cardenal quiso también dar las gracias «a todas las corporaciones municipales porque nos recordáis a la Iglesia continuamente la importancia que tiene darnos la mano para servir a nuestros vecinos y colaborar para que nuestros pueblos sean mejores». Y a las hermandades y cofradías igualmente presentes en aquella víspera de la Santísima Trinidad.

En su homilía, el arzobispo de Madrid propuso una historia a los vecinos de los pueblos reunidos, que eran San Agustín del Guadalix, El Molar, Pedrezuela, El Vellón, El Espartal, Redueña, Cabanillas de la Sierra, La Cabrera y la urbanización Cotos de Monterrey. «Dicen que había alguien que estaba buscando a Dios y preguntó a un creyente: “¿Tú sabes cómo es Dios?”», comenzó su narración. Después, con varios ejemplos, presentó algunos perfiles que no le dieron una respuesta satisfactoria. Uno dijo al protagonista: «Es imposible, nunca vas a saber cómo es Dios, dedícate a otra cosa».

Otro le recomendó que «para saber quién es Dios, llévate bien con él y reza, si estás bien con Él, Él va estar bien contigo». A lo que el cardenal añadió que, para el protagonista, «esta respuesta le pareció comercio con Dios». Otro personaje le dijo: «Estudia este libro, léetelo, apréndetelo de memoria y sabrás quién es Dios, incluso sabrás lo que tendrá que hacer». Algo que el protagonista intentó, pero al leer el libro «no entendía nada».

En la historia apareció también un sacerdote que «con toda su buena fe le dijo: lee el Evangelio». Algo que el personaje central hizo e incluso le sirvió para encontrar consuelo, pero aun así se decía «a mí todavía me falta algo». Hasta que un día se encontró con un amigo que le vio apesadumbrado y le dijo «tú tienes sed y el agua no se puede entender mirándola, la sed solo se sacia bebiendo el agua».

Aprovechando esa metáfora, el arzobispo de Madrid explicó que «la sed de nuestra gente no se quita con definiciones, se quita con el encuentro», que representaría el agua de esta parábola. Añadió que «Dios es una experiencia que a veces no sabemos nombrar, pero que sale a nuestro encuentro» y que «todos los que estamos aquí alguna vez hemos experimentado». Insistió en que «Dios no es una idea, es una presencia que nos busca, nos toca y transforma nuestra vida» y que «no se deja encerrar en un libro ni en grupos».

José Cobo reivindicó que Dios «es el buen pastor que a través de cada uno de nosotros está buscando a la oveja perdida y por la que deja todo». «Dios nos ha buscado, si no, no estaríamos aquí», añadió. Y recalcó que «no somos una masa anónima ni un grupo indefinido sino que cada uno de nosotros ha hecho una historia completa».

El arzobispo de Madrid encargó a los fieles del arciprestazgo de El Molar «salir como habéis hecho esta tarde» y «que se nos conozca por aquellos que nos conocen, que saben que no les van a dar un portazo y que en nuestras parroquias vamos a atenderles». Finalmente, les pidió «trabajar por la comunión de la Iglesia en este arciprestazgo, ayudándoos unos a otros y respondiendo a la misión que tenemos». «Tenéis a toda la Iglesia de Madrid con vosotros», les aseguró.